Bush saluda a Zapatero a su llegada al National Building Museum en Washington. |
Si de verdad le interesa el futuro del capitalismo, pierde el tiempo nuestro ZG (1), queriendo hacerse invitar, como sea, a la movida de Washington.
Si de verdad el jefe de la oficina de influencias de la Moncloa quiere que el mercado brille en todo su esplendor, no tiene más que dejar que trabajen al unísono dos de nuestros códigos legales básicos: el penal y el mercantil. Además de nuestras flamantes leyes de sociedades anónimas y limitadas, así como la ley concursal, que parece que se haya hecho para adornar los estantes de nuestras cabreadísimas y atascadísimas señorías.
Ahora bien, si las preocupaciones de ZG son las propias de los nosecuantos millones de paniaguados antisistema, que están empeñados en votarle, siempre que aquél les asegure la mamandurria de por vida, sin hacer nada de provecho, su sitio es Washington, donde en buena lógica, quienes más méritos han hecho para ser invitados con todos los honores, y sin más demora, son Chávez, Castro, Morales y Correa, precursores en la esquilmación sistemática de las vidas y haciendas de sus súbditos.
Y ahí caben desde titiriteros varios, mafiosos ecofascistas con intereses más que evidentes en las energías alternativas-subvencionadas, hasta niñatos, que sin haber dado un palo al agua en su vida, ya quieren tener casa, coche y cama gratis, pasando por asesores de toda calaña y mejores tragaderas, caciques locales y autonómicos, etc.. Del botellón a la mansión, que paga el estao.
Porque a ZG el capitalismo le importa una higa, tanto como a Sarkozy y demás compañeros socialistas de todos los partidos. Lo que verdaderamente les importa, preocupa e incomoda, es que el chiringuito inmoral que constituye el estado del bienestar de unos muchos, a costa del esfuerzo de otros tantos, se venga abajo, por falta de parné para costearlo.
Porque aquí no ha fallado el capitalismo, aquí lo que ha fallado es el cálculo de los más listos y estupendísimos cocainómanos, al respecto de lo que la teta puede dar de sí sin secarse.
No obstante, no hay mal que por bien no venga. Ya tienen los socialistas a quien encomendarse en horas de tribulación: Chávez, “El Bautista”, Bush, “El Mesías” y todos los demás, Merkel, Braun, Sarkozy, ZG, etc.., sus “apóstoles”. Por tener, hasta tienen su “Judas” particular: Vaclav Klaus, vendido por cuatro euros a los “romanos” del petróleo, bajo la atenta y complaciente mirada de Pilatos Aznar, al que tendremos que “agradecerle” toda nuestra puñetera vida de paganos, por habernos endosado al registrador.
(1) El muchacho quiere ser G-1, G-2, G-3, G-4, G-7, G-8, G-20, como antes quería ser P de Presidente. "Hola chicos, soy G, ZG".
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 27 de octubre de 2008
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