jueves, 15 de marzo de 2018

Los hijos que no tendremos

Dudo mucho que exista algo mejor que dormir una siesta con tu bebé.

Lo siento por el Estatut, lo siento por la ViceVogue, pero esta noche me toca la apocalíptica. El eterno retorno de lo idéntico. 

En el horizonte la amenaza no es ya estrictamente política ni clasista/constitucional sino energética y laboral: muchos paisanos nuestros vivían de una subvención encubierta llamada "bajos precios de los hidrocarburos". La cual se ha terminado. Y por otra parte la facilidad y rapidez de los desplazamientos de capital y creación de nuevas infraestructuras, pueden dejar masas de población en paro (en cualquier país) sin que sus gobiernos puedan compensarlo ni tomar medidas paliativas a tiempo.


Y eso es sólo el principio de las malas noticias. El descenso de la natalidad va a privar a España, y a ese imperivm sin soberanía que llaman UE, de población trabajadora autóctona, y donde habrá unas masas de inmigrantes de otros continentes, desarraigados y con diferentes criterios prácticos o cívicos, que en aquellas situaciones de paro serán demasiado proclives a algaradas y saqueos.

Téngase en cuenta que las fuerzas del orden (si las hubiere ) también pertenecerán a etnias foráneas (a las mismas etnias que los amotinados), dado que la población joven autóctona escaseará cada vez más. Ahora mismo ya esta la vieja y gloriosa de estepaís ofertando a inmigrantes plazas en el ejército profesional (de enfermeros, psicoterapeutas, asistentes sociales y algún que otro imán castrense).

Preveo en nuestros queridos países catalanes + hinterland una minoría autóctona casi totalmente envejecida, defendida, sustentada y atacada a la vez por una población joven y vigorosa de otras etnias inmigrantes, amenazada a su vez por mafias (dirigidas por sujetos de cualquier nacionalidad, tal vez orientales: chinos o turcos) que verán los territorios de implantación desde un enfoque exclusivamente económico y de explotación de recursos. ...

Pero estas mafias ya no serán de europeos ni de sudacas (y ojo que lo peor del hampa de Madrid por ahora son colombianos y este-europeos, no moros ni asiáticos): tendrán otra sensibilidad y procederes...

La población europea quedará reducida a su función consumista (y asistencial pasiva) de la oferta económica de las multinacionales y, en el día a día, entregada en manos de agentes jóvenes defensivos y respectivamente agresores de otra procedencia y sin ninguna vinculación de identidad o de comunidad de criterios cívicos con ella.

Y mientras tanto, los mismo europeos, que pagaron seis y pico euros para asistir a un suicidio de mentirijillas, votando llenos de entusiasmo progresista y libertario leyes de "muerte digna" y sobre todo activa... cuyas primeras víctimas van a ser ellos: les van a ofrecer en bandeja a los más jóvenes (que ellos) a mediados de este -por las trazas- inolvidable siglo el instrumento jurídico para limpiar el Magreb septentrional de una masa de viejos blancos, dementes y achacosos.

La perogrullada que dijo cierto líder catanazi de que con los inmigrantes se hallaba amenazada la identidad de Cataluña es demasiado evidente y tan rotunda como irremediable: si los catalanes no tienen más hijos, va a dar igual en qué idioma los sumerjan lingüísticamente. 

¿Qué me importa el Estatuto? Sin un número suficiente de niños el pueblo catalán (o el vizcaíno o el murciano..) dejará étnica y culturalmente de existir, como ya ha sucedido miles de veces en toda la redondez del planeta con otros pueblos muy ilustres (los ewoks, los aurones...)

Basta ya de fantasías: o se mezclan los catalanes -cada vez más escasos- que vayan quedando (a causa de la "planificación familiar", tan progresista y libertaria y hoy tan vigente...) con el resto de la hispanidad, o el territorio que hoy es "Catalunya" habría de quedar absurdamente desierto, con algún que otro anciano desasistido, enfermo o moribundo abandonado en las ruinas de casitas desde hace mucho tiempo sin reparar, o serás ocupado por otros pueblos africanos o asiáticos en su totalidad.. (como lo fue la gran llanura húngara, el "Alföd", que Maragall cree que es una marca de cerveza).

Ahora tocaría hacer apología de la familia numerosa. Ocurre que pocas mamás catalanas o españolas se resignan a engendrar futuros albañiles, mecánicos o soldados. Así que tienen los hijos que caben en la pequeñá clase media, y no más. A ver quién les dice ahora que las pasarelas tradicionales de la movilidad social, los estudios, son ya inservibles y que el diplomado en márqueting y rey de la casa estará mañana pegándose con los rumanos por algún trabajillo... pero de ilusión se vive.

Lo que ocurre es que si no nacen más niños -ahora iban naciendo más, gracias a las parejitas que se metieron en hipoteca durante la bonanza pepera- cada vez habrá menos catalanes, menos madrileños, menos vascos etc etc...

...Hasta que ya no haya habitantes tradicionales en la Península Ibérica, sino inmigrantes establecidos en ella, como los anglosajones en Norteamérica o Australia, o como lo estuvieron los romanos en Celtiberia y la Baetica (Emerita, Italica, Leon... creación de legionarios romanos).

Ni que decir tiene que en una consideración ergonómica y economicista de la vida -como entonces, en un mundo famélico e hiper poblado-, los ancianos occidentales (moralmente hueros, profesionalmente monoespecializados y, bastantes de ellos, tocados en su salud por los abusos adictivos e insalubres cometidos durante la dorada "jumentud" serán un factor muy negativo a los ojos de los rectores de la economía supranacional. Y lo mismo que ahora se han venido haciendo políticas de planificación familiar "por abajo", es decir en materia de antinatalidad, se comenzarán a hacer "planificación social" a capite (además ya no habrá familia en torno a esas personas ancianas), para descargar a la sociedad y a su economía del peso muerto de unas clases pasivas sin utilidad alguna.

Antes habrá precedio un periodo breve de "eutanasia activa" consentida por el interesado con toda clase de garantías y de documentos de por medio; mas luego se convertirá la aniquilación de "vida sin valor" (ya se llamó así, unwertes Leben, en el Tercer Reich, la de los hijos discapacitados a cuyos padres se les invitaba / obligaba a entregarlos a centros de exterminio) en algo más o menos obligatorio, más o menos ineludible, pues el crecimiento de la población mundial convertirá la permisividad de vida prolongada en los ancianos en un lujo inútil y no autorizable (como ahora sucede con las familias numerosas).

Alguno estará pensando que debería dejarlo cuanto antes: pues le recuerdo -otra vez- que los rectores de la política demográfica y económica procederán ya de otros focos culturales, con otras sensibilidades y criterios completamente dispares a los nuestros: como fueron dispares los de los helenísticos respecto de los semitas o los de holandeses y británicos respecto de los de todas las demás etnias colonizadas. Y ello con un efecto "rodillo" implacable...

Puede que entonces se acabe apreciando lo que supuso la humanización de criterios operada por el cristianismo en los países (actualmente) occidentales, y cómo juzgan acerca del hombre otras culturas sin raíces de este tipo. Pero ya será demasiado tarde, tras haberlo dilapidado en nombre de un progresismo racionalista o "científico" y vacío de sentido humano.

Y como no se me ocurre nada más, adiós a todos; adios, admirados Poli, Smith y compañía. Gracias por los tomates y enhorabuena al caballero que arrojó una patata, impecables tamaño y consistencia.

Autor: Naixin (Firmas invitadas)
Publicado el 20 de mayo de 2006

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