Una medida liberal: aranceles de la UE a China ¡ya!

Liberalismo: 1. m. Actitud que propugna la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas. 2. m. Doctrina política que defiende las libertades y la iniciativa individual, y limita la intervención del Estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural. Real Academia Española ©

Hace unos meses se entabló en la bitácora de Juan Ramón Rallo Julian, en Liberalismo.org, un interesante intercambio de opiniones entre el excelente bitacorista liberal y el político del Partido Popular Alejo Vidal Cuadras, en el que ambos detallaban diversos argumentos económicos a favor y en contra del arancelismo de la UE frente a China. Como quiera que ambos "contendientes" dieron a nuestro juicio argumentos contrastados a favor y en contra de la reciprocidad o no arancelaria, no quisimos entrar a terciar en profundidad en el debate con el que Rallo y Cuadras nos obsequiaron.

Pero ahora, desde estas líneas sí que vamos a hacer votos por la siguiente idea: 

- Sí al proteccionismo económico y a los aranceles frente a China. Pero un sí democrático y liberal a ultranza.

Las razones son más que evidentes. Dejemos al margen razones más o menos coyunturales, pero nada desdeñables: intereses nacionales, leyes chinas de carácter caprichoso, regulaciones económicas retrógradas de los asiáticos, incumplimiento de medidas arancelarias y tarifarias por parte de China, normativas superproteccionistas de China, regulaciones sectoriales... todos estos asuntos y otros como, por ejemplo, el incumplimiento por parte de los empresarios chinos de un sin fin de normativas buroráticas que las "inteligencias" de Bruselas imponen sobre el empresariado europeo y que nos hacen perder competitividad respecto al gigante asiático. Bien, todas estas cuestiones son para muchos razones más que suficientes para imponer restricciones comerciales a los productos chinos. En China no existe el liberalismo económico y ello hace que los europeos estemos indefensos ante sus productos fabricados en un mercado en transición al capitalismo que para nada es limpio.

Pero, amigos de Batiburrillo y Redliberal, si seguimos la primera acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española referente a la palabra "liberalismo" (1. m. Actitud que propugna la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas.), entenderán por qué nos mostramos partidarios de la imposición de fuertes aranceles a las importaciones chinas. Hoy mismo, el obispo católico chino Julio Jia Zhiguo, de 70 años, miembro de la Iglesia Católica clandestina china, ha sido arrestado y trasladado a un lugar desconocido. Jia, obispo desde 1980 que ha transcurrido veinte años de su vida en prisión, dirige una de las diócesis donde hay mayor concentración de católicos: un millón y medio. Jia casi siempre se encuentra en arresto domiciliario en su casa de Hebei y como no está reconocido por el Gobierno chino -que sólo reconoce a la Iglesia Católica Patriota, a la que controla- no puede desarrollar su ministerio con normalidad. Siempre que hay una importante fiesta religiosa (Navidad, Semana Santa, Pentecostés, etc) es arrestado y sometido a adiestramiento religioso por parte de las autoridades chinas.

Ahora uno se pregunta: el mantener relaciones comerciales fluídas con la dictadura comunista china, ¿no es contraproducente con propugnar la "libertad" y la "tolerancia" en las relaciones humanas? Porque si seguimos las tesis de la "distensión" y el "diálogo" de los Carter, Nierga, Ibarretxe, Carodetxe, Zapatero, etc., está claro que hay que fomentar al máximo el intercambio económico y cultural con la dictadura. Pero, ¿es justo?, ¿es liberal?, ¿es democrático?. A nuestro juicio, evidentemente no. Y pensamos exactamente igual con el tema de China que con la Cuba de Fidel Castro. Lo liberal es boicotear a las dictaduras, máxime cuando son tan sangrientas e inhumanas como la de China; ahogarlas,  marginarlas... Ese es el único camino verdaderamente liberal. Lo demás es puro y duro compadreo con el socialismo "real".

Autor: Smith

Publicado el 5 de julio de 2005