Definitivamente, el castrocomunismo es la meta última del actual mandamás venezolano, el obseso antiliberal Hugo Chávez Frías. A pesar de lo inusual del hecho de que un presidente extranjero apadrine una promoción de oficiales, Fidel Castro Ruz ha sido elegido para tal fin por una colección de oficiales chavistas. Todo un modelo para la oficialidad del siglo XXI.
Mal rumbo lleva la mágica región caribeña. La democracia, como viene siendo concebida en Europa Occidental desde hace un siglo aproximadamente, apenas tiene cabida gracias a los haceres de los dos "mandatarios" socialistas. Resulta verdaderamente grotesco que, a estas alturas, todavía haya gente que tenga en Fidel Castro, modelo de nada. Dictador férreo, represor implacable al que le han apoyado una riada de pelotas sacamantecas (Jimmy Cárter, Felipe González...) a los que siempre ha despreciado, él, como pocos, sabe lo que es llevar a un país que podía ser de los más prósperos del mundo, a la más absoluta de las indigencias.
Pues bien, en Venezuela, el castrismo neomarxista es evidentemente el modelo a seguir y a imitar. Menos mal que todavía queda alguna mente medianamente lúcida como la de Rafael Huizi Clavier, portavoz del Frente Institucional Militar (FIM), que ha manifestado bien a las claras que actualmente existe "una invasión silenciosa del castrismo en Venezuela... una intromisión abierta que vulnera la soberanía nacional". Nada nuevo bajo el sol, señores.
Autor: Smith
Publicado el 24 de junio de 2005
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