Hace cuatro años el PSOE no tuvo empacho en ignorar que el PP gallego ganó las elecciones autonómicas, para desalojar al partido de la odiada derecha del gobierno de Santiago. Y pactó con un partido cuasi extravagante, de ideología indefinida y del que se sabía, sobre todo, una cosa segura: la Nación española le importaba un pimiento. No es que dudase de su existencia, como ZP, es que, directamente la ignoraba. Con todo lo que ello conlleva. A excepción de cuando se trata de mamar de la teta, lo que los nacionalistas elevan a categoría de “arte”.
Y en esas circunstancias, a pesar de que se podía prever lo que podía pasar, acordémonos de los incendios forestales con que se inauguró el capítulo de gestión de ese gobierno, el PSOE no dudó sobre la conveniencia de “el cambio”. Ahora sabemos más al respecto: el “artífice” del cambio, el prestamista, además de un gilipollas sublime, chulo y pendenciero, gusta de cobrar los sobornos en público y en cubierta. De constructor agradecido, por cierto.
Y en esta tesitura ¿Se atreverá zETAp con el cambio en el País Vasco?
El PNV ha sacado el mayor número de escaños de los que estaban en juego, como el PP gallego hace cuatro años, pero las elecciones, realmente, las gana quien es capaz de formar gobierno a la vista de la composición del Parlamento en cuestión. Y en el próximo Parlamento vasco, la mayoría salida de las urnas se nos presenta como no nacionalista. Que en una comunidad autónoma gobernada hasta ahora por el Régimen del árbol y las nueces es un dato fundamental. Y a nadie se le escapa, incluso a Pepiño.
En esta situación, Zapatero tiene la gran oportunidad de prestar un gran servicio a la Nación, permitiendo-promoviendo la formación de un gobierno constitucionalista en el País Vasco. Un gobierno que pase como un rodillo sobre la red clientelar conformista con la situación de negación de las libertades de la mitad de los vascos. Un gobierno, PSE-PP-UPYD, apoyado por toda la ciudadanía del resto de la Nación y que acometa, de una vez, la tarea definitiva de extirpar de esa sociedad el cáncer del terrorismo.
Espero que ZP sepa responder al órdago que la aritmética electoral le ha echado. Y que el “partido payudar” esté a la altura de las circunstancias, siendo el primero en ofrecer su apoyo a ese hipotético gobierno. Más que nada, porque estamos al tanto. Los socialistas honrados, más todavía.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 3 de marzo de 2009
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