martes, 31 de julio de 2018

España, potencia mundial del infanticidio


Antes de que me invada la modorra de estas fechas, o quizá eso que algunos llaman el espíritu de la Navidad, no quisiera dejar pasar la ocasión de escribir acerca de lo que para mí es el mayor escándalo de la época Rodríguez: el aborto ilegal generalizado. Reconozco que no es nada fácil seleccionarle un escándalo, de entre los muchos que le han afectado de lleno en cuatro años, a quien dice ser el presidente del Gobierno de España. Pero es que el aborto se ha convertido en nuestros días, por obra y gracia de un desistimiento descarado de quien debe velar especialmente por el respeto a la vida, en más de 100.000 asesinatos anuales o infanticidios, muchos de ellos de mujeres extranjeras llegadas embarazadas de 7 y 8 meses a nuestra patria. Eso sí, a sabiendas de que aquí, en el país zapaterino del todo vale, serán atendidos sus inmorales o desquiciados deseos. 

Conforme en que esos usos criminales han venido produciéndose en clínicas privadas, por llamarlas de algún modo, y que ningún gobierno está en condiciones de controlarlo todo. Algunos, incluso no son capaces de controlar nada fuera de sus intereses propagandísticos, como el actual. Ahora bien, se sabe que hay sectores de cualquier sociedad que, como consecuencia del tipo de actividad profesional que practican, son más propensos que otros a saltarse las leyes y a la comisión de delitos, y uno de esos sectores sin duda alguna es el de los centros especializados en el aborto exprés, comúnmente practicado mediante el método del “aquí te pillo y aquí te mato”, con perdón. Y nunca mejor dicho si se refiere a esos miles de criaturas que podrían haber vivido con padres adoptivos, sin necesidad de que los españoles fuesen a buscar los bebés a China, al Brasil o a cualquier otro territorio donde al parecer les sobran.

Así, pues, a qué se ha dedicado el Gobierno, o su departamento especializado, que no ha sido capaz de mantener una inspección pública adecuada de esas clínicas privadas. Esto me hace pensar, y pido de nuevo disculpas por la parte cruel del comentario, a ese anuncio que a veces se ve en televisión, en el que una voz en off pregunta lo que estará haciendo ahora el futuro inventor de la vacuna contra el sida o bien la primera persona que pondrá su pie en el planeta Marte. ¡Nada!, suelo contestarme con rabia, ¡lo más probable es que su madre esté abortando! ¡Gobierno de España!

Ayer recibí un correo que adjuntaba una imagen sin derechos de copyright, me la enviaron para que la difundiera en Batiburrillo y fuese destinada a imprimir pegatinas y a ser colocadas en la parte de atrás de nuestros vehículos. En la imagen puede verse una batería de tres chupetes y el siguiente texto: “Pilota tu propio caza. Derriba el aborto”. Entiendo que se refiere al aborto fuera de la ley y especialmente a ese coladero de la tercera causa legal: “Riesgo para la salud psíquica de la madre”. Una salud psíquica que en las clínicas abortivas que ahora proliferan se certifica casi siempre, con el único requisito previo del pago de la minuta de los psiquiatras, dos de ellos recientemente detenidos. Es decir, esos mismos profesionales especialmente sensibles a la salud mental, pero no a la física, son los que no tienen inconveniente alguno en firmar sus certificados dejando en blanco el nombre de la embarazada. Y así hasta sobrepasar la cifra de 100.000 asesinatos en España, convertida a lo largo de esta legislatura en toda una potencia mundial del infanticidio. ¡Por Dios!

Autor: Policronio
Publicado el 20 de diciembre de 2007

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