miércoles, 14 de marzo de 2018

ETA posee las pruebas del 11-M

Si los sabinianos del PNV no han dudado en exprimir siempre con éxito a ZP, cómo no pensar que el presidente por "accidente" se mantendría a "tiro" extorsionador de los etarras.

El gobierno socialista, tan amigo del diálogo indefinido y abastecido con un furgón repleto de barriles de talante que no cesa de usarlos para dar y vender, que ya veremos si no acaba produciendo un déficit en el mercado mundial del talante, no es capaz de entenderse con nadie que no sea totalitario o radical —un entendimiento que suele lograr mediante el uso de la bajada de pantalones—, ni consigue evadir el desprecio de los partidos demócratas y las naciones civilizadas. Sus amigos son los grupos separatistas en España, y en el exterior solamente cuenta con la simpatía de los déspotas o los tiranos. ¿Cómo llamar a esa situación de miseria ideológica y desprestigio a la que nos ha llevado Rodríguez en tan solo dos años? No lo sé, sinceramente, porque habría que inventar una palabra para definir el rotundo rechazo que despierta entre los demócratas un individuo tan miserable en lo político y tan deficiente en lo moral y en lo equitativo.


Ahora resulta que la banda de asesinos y extorsionadores con la que quiere pactar este gobierno de incapaces, y sobre la que el infame Rubalcaba acaba de hacer público el tercer informe positivo de lo que ficticiamente denominan “proceso de paz”—que hay que tener narices, además de desvergüenza, para llamarlo así—, hace público un comunicado en el que desmiente ese informe. Repito, la ETA desmiente el tercer informe positivo del gobierno ZP y además alardea de seguir extorsionando. Incluso, como si quisieran subrayar la mentira continuada de los farsantes del gobierno, la gentuza de la ETA  —tal para cual— se permite el lujo de destacar que “sin un precio político no habrá paz”. Despreciables unos y despreciables otros, no se sabe quién lo es más.

Fue el portavoz del PSOE, el comunista López Garrido, el que comparó hace poco al PP con ETA-Batasuna —claro que primero lo había hecho el sectario de Lorenzo Milá en TV, e incluso el corrupto socialista andaluz Gaspar Zarrías—, cuando en realidad la comparación más precisa y ajustada, especialmente por sus métodos delictivos y el uso que hacen del engaño más descarado, debería establecerse entre ETA-Batasuna y el PSOE de ZP. No digo del PSOE en general, que aunque plagado de vividores y gente anestesiada que se niega a advertir lo que está pasando, nada tienen que ver con tanta falsedad y bajeza. Hablo del PSOE de ZP, que se ha convertido en menos de dos años en un partido antisistema, del que no me extrañaría que presentara en el congreso un propuesta de Ley para subvencionar a la ETA y que no extorsione alegando necesidades económicas. 

En cualquier caso, me gustaría saber qué respuesta piensan darle el incompetente ZP y el infame Rubalcaba a una banda de asesinos que les ha dejado con el culo al aire, demostrándoles claramente a los militantes narco-socialistas de base —sólo narcotizados es posible no advertir tanta deslealtad y enjuague— que sus jefes son unos falsarios, además de cobardes, y que de no reaccionar como unos hombres, es decir, de no plantarles cara a la ETA con todo el peso de la Ley, significará visiblemente, ostentosamente, que los criminales tienen cogidos por la entrepierna a ZP y Rubalcaba y que la única razón posible para una cosa así es que el incompetente y el infame se hallen pringados de lleno en el 11-M y, por supuesto, que la ETA tenga en su poder las evidencias de tal pringue y esté dispuesta a hacerlas públicas si no se le satisfacen sus caprichos. Porque de no ser así, de no contar el grupo terrorista con pruebas para inculpar a ese par de fulanos en la masacre más espantosa de nuestra historia, a qué temerles, si tienen la conciencia limpia, a qué renunciar a ejercer la acción policial sobre ellos, como es su obligación, a qué falsear unos documentos públicos, algo en sí mismo delictivo, que ratifican tramposamente la tregua de ETA.

Eso sí, no soy de los que cree que ZP negocia a todas horas con los etarras y se enjabona la espalda con ellos, simplemente porque le importa lo suficiente que los criminales dejen de asesinar. No, va a ser que en la relación entre ZP y la ETA siempre median intereses electorales, sea antes o después del 11-M. Antes o después de los trenes de cercanías.

Publicado el 14 de mayo de 2006

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