miércoles, 28 de marzo de 2018

Derecha sin pasado, derecha maricomplejines

Cualquier recuerdo de quien solamente fue un defensor de la España respetuosa con la Ley, como José Calvo Sotelo, al que asesinaron vilmente unos sicarios socialistas, ha desaparecido de nuestras calles o poblaciones. Por el contrario, cientos de calles, plazas, avenidas, estatuas, edificios y colegios repartidos por casi toda España rinden homenaje a las personas o acontecimientos más destacados de la II República, en versión frentepopulista.

"Memoria histórica para todos" es el apartado que Batiburrillo dedica a estudiar la manipulación histórica y el lavado de cerebro a los que Rodríguez Zapatero y sus secuaces propagandistas pretenden someter las conciencias de los ciudadanos españoles. El diario ABC ofrece un extenso reportaje a una realidad que indica el grado de sectarismo al que el régimen, desde Juan Carlos I hasta el último funcionario, está contribuyendo: la eliminación de la historia de la derecha política española. Gran parte de culpa de lo que está pasando, sin lugar a dudas, la tienen los populares (gallardoniles o no gallardoniles), incapaces de salir de su vergonzante y vergonzoso maricomplejinismo, tan pendiente de los cargos y carguitos y tan pasota de la Historia de España.


Cientos de calles, plazas, avenidas, estatuas, edificios y colegios repartidos por casi toda España rinden homenaje a las personas o acontecimientos más destacados de la II República, sin que su permanencia se vea amenazada por la ley de Memoria Histórica que prepara el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y que pretende eliminar todos los símbolos franquistas, (mientras proliferan los anarcocomunistas. N. del A.)

Un texto que, en principio, se discutirá en el Consejo de Ministros de este viernes, y que, según explicó ayer el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, pretende buscar una reparación moral a las víctimas de ambos bandos. «Las víctimas de la Guerra Civil fueron todos los españoles», afirmó, lo que implica «a quienes combatieron por uno y otro bando», que podrán vivir «en paz y libertad».

Aunque la intención de Zapatero es sacar adelante lo antes posible esta ley, es probable que el jefe del Ejecutivo tenga que retrasar los plazos, ya que IU y ERC -precisamente quienes le pidieron que resucitara el recuerdo de la Guerra Civil- amenazan con votar en contra si la ley no incluye la anulación de los juicios sumarísimos, algo que descartan los juristas.

Los símbolos republicanos de los que más se ha hablado últimamente son las estatuas del ministro Indalecio Prieto y de Francisco Largo Caballero, apodado el «Lenin español» por su radicalismo. Ambas efigies, situadas en Madrid en los Nuevos Ministerios, han convivido durante más de dos décadas con el monumento ecuestre de Francisco Franco, hasta que este último fue retirado de madrugada en marzo de 2005. Sin embargo, casi toda la geografía española alberga vestigios de ese periodo histórico. Hasta los propios Nuevos Ministerios, diseñados en 1931 por Secundino Zuazo, presentan una planta que, según algunas interpretaciones, se ajusta a una versión rectangular de la hoz y el martillo.

De Pablo Iglesias a Montseny

Estos dos políticos, además de estatua, también tienen calle en Madrid, donde otros destacados republicanos prestan su nombre a distintas vías, como son Manuel Azaña, símbolo de este periodo histórico; Pablo Iglesias, fundador del PSOE y de UGT; la destacada comunista Dolores Ibárruri (Pasionaria); la parlamentaria republicana Clara Campoamor; Niceto Alcalá-Zamora, primer presidente de la II República; la anarquista que llegó a ministra Federica Montseny, u otros como José Prat, Luis Jiménez de Asúa o Pedro Rico. En algunos casos el bautizo es muy reciente, como el de la calle Arroyo de la Media Legua, que, a petición de IU, cedió el pasado 28 de marzo parte de su recorrido al nuevo paseo de las Trece Rosas, en homenaje a otras tantas muchachas fusiladas tras la Guerra Civil.

En Barcelona, tras la muerte de Franco, la catalanización del nomenclátor ha corrido paralela a la sustitución de los nombres vinculados con la dictadura y la recuperación de personajes y figuras relacionadas con la República, que dan nombre a al menos una veintena de calles y plazas, según informan À. Gubern y A. Marín.

Los ex presidentes de la Generalitat Francesc Macià y Lluis Companys dan nombre a una plaza (primero de Alcalá-Zamora y después de Calvo Sotelo) y a un paseo y al Estadio Olímpico, respectivamente. También a Josep Irla y Josep Tarradellas se les recuerda en el callejero de Barcelona. A estos nombres se suman otros que por su trayectoria pueden ser más controvertidos. Es el caso del dirigente anarquista Buenaventura Durruti, fallecido durante la defensa de Madrid en 1936, y que cuenta con una plaza en el distrito de Sants desde 1990. Durruti está acompañado por otras figuras del movimiento libertario como Àngel Pestaña, Joaquim Maurín o Federica Montseny.

El recuerdo republicano en Barcelona se extiende a muchos otros nombres de artistas e intelectuales que, si bien no actuaron en primera línea de la acción política, sí pusieron su arte y trabajo al servicio de sus valores. En la Ciudad Condal también hay una docena de monumentos dedicados a conmemorar aquella época. Por ejemplo, el pabellón de la República, en el barrio de la Vall d´Hebrón, que acoge el Centro de Estudios de Historia especializado en la Guerra Civil española; el monumento de las Brigadas Internacionales, en el célebre barrio del Carmelo; el de las víctimas de los bombardeos de mayo de 1938, en la Gran Vía de las Cortes Catalanas o el dedicado a los fusilados en el Campo de la Bota, instalado en el recinto del Fórum.

Actos de la Generalitat

La serie de actos programados en conmemoración del 75 aniversario de la República le supuso al Ayuntamiento de Barcelona un coste de 800.000 euros, una cantidad considerada excesiva por parte del jefe de filas del PP en el Consistorio, Alberto Fernández.

En paralelo, la recuperación de la Memoria Histórica ha sido una de las prioridades del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que el pasado mes de mayo reivindicó los valores republicanos en un acto solemne celebrado en el Teatro Nacional de Cataluña. «Hoy nos proclamamos herederos de la República», dijo el presidente catalán entre los vítores y aplausos de los representantes de parte de la sociedad civil catalana. A cien días de su extinción, el gobierno catalán y, en concreto, el departamento de Relaciones Institucionales que gestiona el líder de ICV, Joan Saura, ha doblado los recursos destinados a la memoria histórica.

Los principales dirigentes republicanos, especialmente los catalanes, figuran en el nomenclátor de todos los pueblos de Cataluña. Incluso la figura institucional de la Republicana Catalana tendrá una calle en el municipio de Reus (Tarragona) después de que el Consistorio aprobara una moción de ERC, que contó con los votos del PSC, CiU e ICV y el rechazo del PP.

Vecinos enfrentados

En Sevilla esta recuperación de la Memoria Histórica ha llegado a enfrentar a los vecinos con el Ayuntamiento, según informa A. E. Yáñez. El conflicto surgió después de que se aprobara el cambio de nombre de la plaza Alianza -en recuerdo a un antiguo comercio- por el de Indalecio Prieto, que se sumará a otros símbolos republicanos del callejero sevillano, como la calle Dolores Ibárruri o la avenida de Diego Martínez Barrio, en homenaje al último presidente de la República.

Al igual que ocurre en Cataluña, en el País Vasco las calles se fueron llenando de símbolos republicanos nacionalistas, como la avenida «Lehendakari» Aguirre de Bilbao, en honor del primer jefe del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre Lecube, quien ocupaba este puesto cuando estalló la Guerra Civil. Ahora el primer lehendakari acompaña en el callejero al fundador del nacionalismo vasco Sabino Arana, que también es honrado con una calle.

En Asturias, el recuerdo de la República está presente en calles y plazas, pero una de las denominaciones que más llama la atención se encuentra en el municipio de El Llano, donde se le ha dedicado una vía a uno de los republicanos asturianos más conocidos, pero también más controvertido: Santiago Carrillo. El ex secretario general del PCE participó como consejero de Orden Público en los trágicos acontecimientos de Paracuellos del Jarama, en los que se fusiló a entre 2.000 y 5.000 personas. En su Gijón natal se encuentra la plaza de la República y en Avilés otra calle está dedicada a las Brigadas Internacionales.

Autor: Smith
Publicado el 25 de julio de 2006

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