martes, 28 de noviembre de 2017

Un desfile para olvidar


Después de lo visto y leído acerca del “desfile de la concordia” del 12 de octubre, la pregunta que nos hacemos es: ¿Para qué han servido este año los actos de la Fiesta Nacional? Entiéndasenos bien el espíritu y la letra de la pregunta, porque no ponemos en duda ni la importancia de celebrar una Fiesta Nacional anualmente ni que un desfile militar acerque al pueblo la labor de las nobles gentes militares, recluidas en los cuarteles como apestados medievales. Pero a nosotros nos da la impresión que, gracias al ínclito señor Bono y a su descarado afán de protagonismo, las cosas no se han hecho especialmente bien, porque:

1) La presencia de excombatientes de la División Azul y División Leclerc no ha servido para reconciliar las viejas rencillas nacionales, sino para volver a tirarnos los trastos a la cabeza. Y es que mientras el PSOE siga queriendo resucitar muertos, desenterrar cadáveres de las cunetas y apoyar a fusilados de un solo bando, este asunto no va a dejar de colear.

2) La presencia de las víctimas del terrorismo, además de resultar un poco grotesca dado que el gobierno actual se apoya en quienes dialogan a escondidas con ETA (ERC), quedó claramente eclipsada por el cúmulo de polémicas en las que el Gobierno y la oposición se habían metido.

3) El desfile militar fue un desmedido alarde de moda y vestuario militar, pudiendo ser mucho mejor escogidas las unidades de combate. Pero esto, a Bono, no le interesaba.

4) Las autoridades políticas no estuvieron en ningún caso a la altura de las circunstancias, incluidos los cruces de piernas -un tanto indecorosos a nuestro juicio- de Maragall y otros políticos y las trifulcas del superior de Cobi (R-G) y Esperanza Aguirre. Por cierto que resulta del todo infumable que Cobi no sólo juegue al mus con De la Morena, sino que, además, se dedique a cenar con Zetapé y la plana mayor de Prisa, como ha informado esta mañana Abellán en la COPE.

5) La vergonzosa moneda de intercambio que parece que ha hecho el PSOE con Maragall para que éste acuda a Madrid a cambio de que De la Vogue aparezca en el homenaje a Companys. Por cierto que, no suele decirse, pero al consejero de la Gobernación de Companys, Dencás Puigdollers, jacobino y francmasón como Companys, se le encontró una lista de “fusilables” si triunfaba la revolución de 1934 –esa de la que tanto y tan bien escribe Moa- en la que se incluían al propio Cambó, a una veintena de amigos suyos y a varios dirigentes monárquicos catalanes amigos de Goicoechea. Así lo informó Paco Cambó en las Cortes en noviembre de 1934. Y éste era el tipo de gente de la que rodeaba el señor Companys.

y 6) Los EEUU decidieron no estar representados por su embajador George Argyros ni por el “número dos”, Robert Manzanares. Tampoco acudieron a la recepción en el Palacio Real. Y esto evidencia una falta de practicidad política del Gobierno Zapatero increíble, porque EEUU, les guste o no a los antiamericanos es la primera potencia mundial y un país que ha defendido la libertad frente a las Potencias Centrales (1914-1919), los paises del Eje (1939-1945), el comunismo (1917-2004), el fundamentalismo islámico, etc. Eso sí, Zetapé, vía Desatinos, ya ha preparado un nuevo –el enésimo- viaje al paraíso mundial de las libertades, Marruecos, pero ésta vez para que vayan Sus Majestades Juan Carlos y Sofía.

En fin, un día, el de ayer, para olvidar. Pocas cosas prácticas y positivas. Se volvió a burlar a la primera potencia democrática del mundo, renacieron los odios guerracivilistas y la autoridad de Mariano Rajoy quedó nuevamente puesta en entredicho gracias al submarino de PRISA en el PP. Yo recomiendo vivamente a Mariano Rajoy que, si todavía no sabe lo que es un submarino en política, lea el genial libro de Ricardo de la Cierva "Carrillo Miente", en el que encontrará toda la documentación precisa acerca de cómo el ahora “contertulio” de Gemma Nierga intentaba dinamitar el PSOE en beneficio del PCE, y más concretamente de un conocido demócrata universal, José Stalin. Como anticipo, le vamos a dar unas ecuaciones a modo de “pistas”: Carrillo = Ruiz-Gallardón. Largo Caballero = Zetapé. Stalin = Polanco. Se entiende todo, ¿no?

Autor: Smith
Artículo publicado el 13 de octubre de 2004

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