martes, 28 de noviembre de 2017

Albertito, Albertito...


Como dijimos días atrás, después de clausurarse el congreso del Partido Popular, Alberto Ruiz-Gallardón parece que ha empezado a mover ficha de cara al definitivo asalto al Poder del partido. Los años pasan, y el tiempo político empieza a correr también para Ruiz-Gallardón. Baza de PRISA en el PP, Alberto conoce perfectamente la endeblez del actual equipo de Rajoy y ha decidido plantar cara a Esperanza Aguirre en Madrid. Son las cosas del “compañero” Gallardón.


Pero, y les aseguro que no nos equivocamos, Albertito, como dijimos, ha vuelto a cometer un nuevo error de cálculo. Su “candidato” (¿peón?) Cobo, no parece que vaya a hacerle sombra a Esperanza Aguirre y Ruiz-Gallardón habrá dejado entrever una vez más su ambicioso, a la vez que fracasado, proyecto político de liderar la derecha (?) española.

Como hombre "de espíritu centrista y profundamente liberal" ha calificado Gallardón al señor Cobo. Sólo le ha faltado decir de “centro reformista integrador”. Gallardón es, en nuestra humilde opinión, un fundamentalista muy peligroso. Un fundamentalista del centro. Existe bajo nuestra óptica una errónea asociación entre fundamentalismo y extremismo político que no se corresponde necesariamente con la realidad. He conocido a personajes del centro político verdaderamente intolerantes y radicales en sus planteamientos y que han partido de una idea pregonada a marchamartillo: ¡ni izquierda ni derecha!...¡¡centro!!. Y ojo con quien no pensara lo contrario. También hemos estudiado a fondo las actitudes e ideas de los políticos republicanos alejados tanto del marxismo del PCE y del PSOE como del derechismo conservador y les puedo asegurar que, en la forma y en el fondo eran tan fundamentalistas e intolerantes como los demás. Si no más. Eran los jacobinos, los republicanos “ultraliberales”, … Personajes auténticamente peligrosos y sectarios, y cuyas esencias ideológicas ha rescatado Gallardón en su lamentable discurso del pasado fin de semana. Pero, volviendo a lo de “centro” y “liberal”: ¿De verdad el superintervencionista Albertito nos quiere vender la moto de su “liberalismo”? ¿De verdad el superamiguete del revolucionario Leguina, colega de los MIR chilenos, nos quiere vender la moto de su “centrismo”? Pero hombre, ¡si ya nos conocemos!

Don Alberto es muy libre de hacer lo que quiera, pero que mire muy bien hacia dónde marcha y de la mano de quién va acompañado. Que tenga por seguro que, caso de presentarse algún día a la Presidencia del Gobierno, la masa de votantes liberal-conservadora del PP le va a dar la espalda. Se lo tendrá bien ganado. Demasiada relación con el polanquismo; demasiados gestos para la galería; demasiadas actitudes falsas; demasiadas trabas a Aznar; demasiadas trabas a Esperanza Aguirre. ¿Se habrá preguntado alguna vez R-G si oponiéndose a Esperanza Aguirre le van a ir las cosas personalmente –ojo, repito: personalmente- mejor? Es una buena pregunta que debería hacerle meditar. Aunque sólo sea por su egoísmo e interés personal; y no digamos ya del partido en el que dice militar.

Autor: Smith
Artículo publicado el 8 de octubre de 2004

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