domingo, 23 de diciembre de 2018

Manifestación de ateos en la Semana Santa


Ha decidido la delegada del gobierno en Madrid, doña Cristina Cifuentes, prohibir la manifestación convocada por la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores y otros grupos para el Jueves Santo –según fuentes de la citada asociación para “protestar contra los privilegios económicos de la Iglesia”– y coincidente en hora y lugar con la celebración de distintos actos religiosos propios de dichas fechas.

Aunque en principio estoy muy de acuerdo en que cada hijo de vecino proteste por lo que buenamente le apetezca –en algo hay que enredar para no estar quietos y aburridos– la decisión adoptada por la señora Cifuentes me parece absolutamente acertada. Por la sencilla razón de que una cosa es manifestarse para protestar y otra bien distinta son las ganas de tocar las narices.

Y eso, tocar las narices, es lo único que pretenden los patrocinadores de la exhibición anticatólica. Si hubiesen elegido otra fecha o, al menos, otro recorrido nada tendría que objetar. Al no haber sido así, creo que está claro que el único móvil que mueve a los ateos y librepensadores es la de reventar las procesiones católicas, hiriendo de forma vana y gratuita las íntimas convicciones religiosas de millones de españoles.

Es lícito que alguien se declare ateo y haga público alarde de tal circunstancia, pero no menos lícito es que alguien sea católico y participe en celebraciones de naturaleza religiosa. Lo importante, señores de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores, es que todos, católicos y ateos, respetemos las creencias o no creencias ajenas y vivamos y dejemos vivir: precisamente lo que ustedes con sus irrefrenables ansias de cercenar las libertades ajenas y tocar los huevos al prójimo no están haciendo.

Autor: Rafael Guerra
Publicado el 22 de marzo de 2012

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