jueves, 20 de diciembre de 2018

Liberados en la nieve

Cuando gobernaba el socialismo no decían ni pío, pero ahora que gobierna la derecha además de pedir empleo quieren que sea de calidad. Está claro, sindicalistas liberados y... desahogados.

Uno de los efectos perversos de lo que se ha venido en llamar “calentamiento climático global y por el cambio tal y tal”, que lo mismo vale para explicar una inundación a destiempo que un helarse de frío a mediados de febrero, es que las manifestaciones del 1 de mayo de cada año, de gloria proletaria, pillan a los liberados sindicales, los únicos afiliados a la cosa, ya fuera en la playa o en la montaña y no en el tajo del asfalto, clamando contra la banca, la gran patronal, el Opus Dei y el trío de las Azores que eran cuatro.

Ahora, 19 de febrero de 2012, Año del Señor, no se le ha ocurrido otra cosa al CO2 que esconderse y dimitir de su sacrosanta obligación de calentar el planeta, llenando las estaciones de esquí del Sur de Europa, de valientes, macizorras y liberados sindicales, en procura de un oreo en el trabajoso quehacer de joderle la marrana a Doña Esperanza.

Así es que ya pueden ustedes imaginar la asistencia a los saraos que los pollos estos nos han organizado, haciendo coincidir el evento con el Domingo de Carnaval. Claro, que lo mismo lo han hecho por tal motivo, para que seamos incapaces de distinguirlos de las máscaras y entren todos en el conteo de asistentes: cachondos y devoradores de marisco, última mutación del homo sindicalis.

Autor: Carlos J. Muñoz

Publicado el 19 de febrero de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.