jueves, 29 de noviembre de 2018

El Partido Popular se quedó en lo superficial

Asamblea del PP en Sevilla.

Estos del PP, en lugar de ofrecer en Sevilla una batería de medidas regeneradoras muy meditadas (desde luego, tiempo han tenido), expuestas con la máxima claridad y alusivas tanto a lo económico como a lo institucional y moral, se han dedicado poco menos que a lucir el tipito y a comentarnos con la boca pequeña (y la satisfacción p’a dentro) que el triunfo en las elecciones ya no hay quien lo pare. Error, craso error, porque en el socialismo hasta el rabo todo es toro y si se trata del socialismo auspiciado por el tándem ZP-RuGalFaisán no hay que descartar lo que el sectario Ekaicer ha denominado “un accidente de impacto nacional”, lo que evidentemente atufa a un nuevo 11-M o algo peor. 


Mandamases o barones del PP.

Para que esas medidas populares acabasen calando en un electorado muy desilusionado y con tendencia a meter a todos los políticos en el mismo saco, en lugar de actuar a la chita callando deberían reiterarlas una y otra vez durante el año y pico que aún queda para las generales, y recalcando cuanto sea preciso, además, que serían puestas en práctica en el minuto uno de acceder al Gobierno, lo que de paso serviría a un doble propósito:

1. Mantener la tensión electoral de cara a las autonómicas-locales de mayo y prolongar la ilusión de cambio hasta las generales de 2012.

2. Crear el ambiente adecuado para convertir en plebiscito un programa de gobierno previamente expuesto a los electores, que los sindicatos sin duda intentarán desarbolar a golpes de huelga general.

Por ejemplo: Debe anunciarse ya (y reiterarse) la derogación inmediata de leyes como las del Aborto, Educación para la Ciudadanía, Igualdad de Género, Memoria Histórica, Matrimonios gays, etc. O recuperar-promulgar cuantas normas favorezcan la cohesión nacional, como el Plan Hidrológico y la reasunción por el Estado de esas competencias que nunca debieron transferirse a las comunidades, pongamos educación, entre otras. 

Los del PP, con la honrosa excepción de Mayor Oreja, que abordó la auténtica crisis que padece España, como es la pérdida de valores y la falta de patriotismo, sustituidos por el ‘todo vale’ de Zapatero, prefirieron no dar pistas al ‘enemigo’ sobre cuál será su programa de gobierno, en el supuesto de que les interese algo más que la economía y no decidan apostar por dar una capa de pintura encima de tanta herrumbre, dejando más o menos como están unas cuantas leyes liberticidas o, aún peor, atentatorias contra la vida.

Si fuese así, si Rajoy no tuviera voluntad para emprender la auténtica regeneración que España necesita, habría demostrado de nuevo su cobardía política y que en todos estos años de oposición sólo le ha movido alcanzar el poder para quitarse de encima el complejo de perdedor ante el fulano más nefasto que ha conocido este paripé de democracia que padecemos: ZP. De donde se deduce que los españoles nos hallamos ante la última oportunidad antes de que todo estalle y estamos obligados a confiar en Rajoy (a la fuerza ahorcan) para que sea quien desactive la espoleta de esta bomba de tiempo colocada por el socialismo. ¡Lagarto, lagarto!

Autor: Policronio
Publicado el 24 de enero de 2011

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