miércoles, 26 de septiembre de 2018

La vil equidistancia de Ibarretxe


Ibarretxe dijo ayer en un mitin que su obligación es “gobernar este país para todos”. Con lo de “este país”, sin duda se refirió a las tres provincias vascongadas. Incuestionablemente españolas, por supuesto, y por mucho que les duela a los de su calaña. Ahora bien, cuando dijo todos ¿incluyó también a estos “beneficiados” por los distintos gobiernos del PNV? Gobiernos cada uno de ellos más indigno que el anterior. Va a ser que no, luego su “todos” debió ir adjetivado e incluir “nacionalistas”. Y aún mejor si también hubiera incluido “separatistas”. La frase real quedaría muy mejorada así: Mi obligación es gobernar para todos los nacional-separatistas, como el PNV ha hecho siempre, a menudo con la complicidad del PSE y siempre con el apoyo de nuestro brazo armado, la ETA.


Ibarretxe lanzó asimismo una advertencia: “Nunca me arrugaré ante España ni ante ETA”. Eso está pero que muy bien. Lo más importante es guardar una exquisita equidistancia entre la nación a la que se pertenece desde hace bastante más de un milenio, que no es otra que la española —nación a la que los vascos contribuyeron como pocos a darle forma, idioma español incluido—, y una banda de criminales, asesinos y xenófobos que lleva tres largas décadas pretendiendo la escisión de unas provincias vascas —escisión solo inicialmente—, para luego expandirse por otros territorios vecinos y a la postre imponer un comunismo de tipo estalinista, ideología en la que basan su pretensión cismática: el estalinismo sabiniano.

En cierta ocasión definí más o menos así a ciertos equidistantes: Son esos fulanos que se sitúan de perfil entre los asesinos de la “Parabellum”, tan propensos al tiro caprichoso en la nuca, y sus víctimas atadas a la estaca. No tengo la menor duda de que Ibarretxe es uno de ellos, un equidistante conspicuo. Como tampoco dudo en absoluto de que el PNV sea una mafia que siempre ha buscado la clientela del voto cautivo y lo ha hecho mediante regalías arbitrarias. Mafia que además practica todo tipo de inmoralidades políticas, imposiciones y despotismos, incluyendo el de servirse de la violencia de terceras personas con las que comparte objetivo separatista. Y a esa mafia racista y corrupta hasta gritar basta, que quede claro, es a lo que Ibarretxe quiere seguir representando, lo cual es muy distinto a “gobernar para todos”, como si no le hubiesen bastado tres largas décadas de oprobio y aborrecimiento sembrados por los suyos. A esa mafia hay que expulsarla del Gobierno vasco en beneficio de la libertad y la higiene moral necesarias. ¡Como sea! 

Autor: Policronio
Publicado el 22 de febrero de 2009

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