viernes, 7 de septiembre de 2018

Arte moderno y religión


¿En qué consiste el arte moderno? Pues poco más o menos, en coger un vaso de duralex, ponerlo boca abajo, multiplicar su tamaño por veinte mil y ya tenemos un monumento homenaje a las víctimas del 11-M, para burla y escarnio de los que seguimos vivos.


Porque claro,  no sería políticamente correcto en una Nación -donde, hasta para ser presidente de una asociación de vecinos, debe constar en el currículum, de manera indubitada, expresa y a ser posible, en negrita, haber sido objeto de tortura, ya sea por los curas o por tu señor padre falangista- encargar una escultura, presta para exhibirla en la calle, a uno cualquiera de los tallistas de imágenes religiosas, que se muestran en la Semana Santa española. 

Porque digo yo, que si se trata de reflejar, por una parte, el dolor, y por otra la esperanza, que menos que hacerle el encargo a uno de esos tallistas, de probada solvencia en la cuestión.


Y cuando no es una gilipollez de tamaño y precio superlativo, es una ofensa gratuita. El caso es que, según informa El Plural, panfleto digital progresista, “El pasado mes de mayo, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Bolzano (Italia) mostró en una exposición una rana crucificada con la lengua fuera que sostiene una jarra en un anca y un huevo en el otro. La rana verde, obra del fallecido artista alemán Martin Kippenberger, levantó mucha polémica.”

Ni que decir tiene, que falta un minuto, para que salgan los de siempre a recordarnos, que si el Corán, o Mahoma, o el yerno de Mahoma, pueden ser objeto de burla -para pesar incomprensible de aquellos- porque es una cuestión de libertad de expresión, pues lo mismo la Cruz y que se la envaine el Papa facha.

Lo que ocurre es que por audacia o ignorancia, o ambas cosas a la vez, los de siempre, o sea, progres y neoprogres, olvidan un pequeño detalle: el cristianismo es religión para quien se deje y con el Islam no tienes más remedio que dejarte.

Jesús es el Hijo de Dios en la tierra, para quien se lo crea y el Corán es indistintamente un texto religioso, código civil, penal, administrativo, mercantil, fiscal y laboral, de obligado cumplimiento, bajo penas muy severas, en caso de torcimiento. 

Puede ser discutible sí los sentimientos religiosos son dignos de protección o no por parte del Estado, a través de su sistema punitivo, pero lo que es indiscutible es que el Cristianismo es simplemente una religión y el Islam es eso, además de una compilación de normas de todo orden. 

Por lo tanto, si los artistas “modelnos”, además de ser ofensivos, pretenden comprometerse en el mejoramiento del orden social, con la mofa y befa de cualquier sistema normativo de obligado cumplimiento, ancha es castilla con el Islam. Pero no hay huevos a pintarle unos cuernos bien grandes a Mahoma, mientras una de sus esposas se la pega con un esclavo. ¿A que no? Pues eso. 

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 30 de octubre de 2008

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