¡Alá Madrid y Don Santiago Bernabeu!

Don Santiago Bernabeu.

Quienes me conocen poco, que son los más, y quienes me conocen mucho, que son los menos, no tendrán duda de la causa del título y de lo que sigue: “Carlitos ha devenido en orate, como un Losantos cualquiera”. Nada de nada. Todo esto viene a cuento de la penúltima guerra que pienso desatar contra “la familia”, ahora “global”, antes Imperio del Mal, y a este paso, recordadores y recomendadores perpetuos de la unidad de destino en lo universal de la lucha contra ETA, sin que se note ni traspase, o sea, ignorantes de la incombustible verdad de que Rub-Alkaba, sedicente madridista, es incapaz de diferenciar el significado del calificativo “fortuito” de otro de naturaleza contraria: “premeditado”.  

Claro que como el último de los sujetos nombrados es químico, o lo era, se lo vamos a perdonar. Tal y como le perdonaron muchos millones de españoles de pancarta, que confundiera la cal viva con viva el gal. Cuestión de matices consonánticos, en espera de Pepiño. 

De modo que ya puestos en cuestiones de madridismo, que no es lo mismo que madrileñismo, aquí y ahora le digo al novísimo presidente del Real Madrid, del que ignoro si debe ostentar el título de Excelentísimo, ya nos lo dirá algún invitado amigo de la cadena amiga del periódico global, que Don Santiago Bernabeu vivía de lo que le salía de los mismísimos vagones, menos del Real Madrid, Santo y Seña de Señorío, hasta que a un abogadillo de provincias, retozón en la Ser, le dio por medrar en la cosa de las viviendas de protección oficial, invento de Don José Luis Arrese, ministro franquista, por más señas, como franquistas fueron los pantanos y la Seguridad Social, joer.

Carlos J. Muñoz de Morales

Publicado el 7 de diciembre de 2007

PD y explicación: Don Ramón Calderón, el acaparador de rentas básicas de emancipación, y novísimo presidente del Real Madrid, se permitió el lujo de desbarrar en una entrevista en la Cadena Ser, a propósito de la honorabilidad de Don Santiago Bernabeu. Y eso, siendo culé pata negra como soy, aunque suspendido de militancia, no se lo consiento. Se pongan como se pongan los “izmierdas”, Don Santiago es uno de los Nuestros.