lunes, 25 de junio de 2018

Los progres siempre llegan tarde y fastidiando

Llegar tarde y fastidiando.

Cuando ya casi todos los que tuvimos la oportunidad de crecer al amparo o desamparo del régimen de Franco —muerto el dictador, enterrado y derrotado por el simple transcurrir del tiempo— hemos recuperado una libertad más o menos vigilada, vemos cómo vienen ahora estos señoritos del buen vivir y peor hablar pretendiendo que Franco está redivivo y que hay que rematarlo “como sea”.


Y no se les ocurre otra cosa que perpetrar la Ley de Memoria Histórica, triturando todos los consensos básicos de la Transición, que tuvo sus defectos, muchos, pero que nos ha permitido mirar más o menos adelante y progresar en lo moral y en lo económico más de lo que pudimos imaginar, a pesar del frenazo del Felipismo.

Agotados los larguísimos cuarenta años de la dictadura, cuando pensábamos que a otra cosa mariposa, vienen estos señoritos del buen vivir y peor enredar, pretendiendo que a los homosexuales se les persiguió entonces a tiros por las calles y que ello hay que arreglarlo “como sea”.

Y no se les ocurre otra cosa que perpetrar una reforma del Código Civil, equiparando la unión de parejas del mismo sexo con el matrimonio y, de paso, patrocinar y subvencionar manifestaciones ofensivas al buen gusto y al sentido común. Gallardón, te has lucido. Tú sí que eres facha.

Cuando concluyó el anterior régimen, derrotado por el simple transcurrir de las horas, los días, los meses y los años, y pensábamos que a otra cosa mariposa, vienen ahora estos señoritos del buen vivir y peor legislar, pretendiendo apagar los últimos rescoldos de la Formación del Espíritu Nacional, “como sea”.

Y no se les ocurre otra cosa que incluir en los planes de estudio, desde la más tierna infancia, ese aberración de la Educación para la Ciudadanía, adobada con historias de “Alí Babá y los Cuarenta Maricones”, para mayor gloria de “Zerolos” y acordonados sanitarios. Mi último profesor de Formación del Espíritu Nacional, por cierto, es primo hermano de uno de los prebostes “socialistas” más reputados de esta mi provincia.

Cuando ya casi todos los que tuvimos la oportunidad de crecer al amparo o desamparo del Régimen de Franco, régimen desaparecido por exceso de longevidad, pensábamos que a otra cosa mariposa, vienen ahora estos señoritos del buen vivir y peor discurrir, pretendiendo solucionarles la vida a nuestras mujeres, qué maldita la gracia que les hace.

Y no se les ocurre otra cosa que perpetrar la Ley de Igualdad, santo y seña, por los vagones, de nuestras compatriotas de Garachico. Manda huevos. No he podido aguantarme.

Los que tuvimos la oportunidad de crecer al amparo o desamparo de…, vemos cómo vienen ahora estos señoritos del buen vivir y peor proceder, pretendiendo ahorrarles a nuestros más tiernos, tiernísimos jóvenes el trago de pasearse con fusil y uniforme por esos cuarteles de nuestra Nación.

Y no se les ocurre otra cosa que convertir a nuestro Ejército profesional —obra del Partido Popular— en las chicas de la Cruz Roja, blanco de todas las chanzas, “cocoricós” gallináceos incluidos, de los todavía amigos y de todos los desgraciados aturbantados, hasta hace poco enemigos.

Lo dicho. O es que estos señoritos de la izquierda siempre llegan demasiado tarde a los debates o es que sus papis “camisas azules” no les dejaron hablar en su momento, por la cosa del que dirán en el club. 

Y para terminar, mis más afectuosos saludos al presidente Barreda, en la esperanza de que su Memoria Histórica Familiar no le impida ejercer las más altas misiones a que está destinado por su cargo. Y también en la esperanza, por otra parte, de que el bromuro que le dieron en la mili no le haga efecto ahora, en este preciso momento.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 2 de julio de 2007


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