jueves, 24 de mayo de 2018

El Carnicero (III)

Carlos Carnicero

A todo mercenario le llega su San Martín. O lo que es lo mismo, todo periodista bucelario trata de ir enderezando el rumbo de su descarada parcialidad cuando intuye, desde el interior de la caverna donde profesa, que no tardará en derrumbarse la bóveda porque el gurú tiene los días contados: Polanco se nos muere, si bien chochea hace tiempo, y algunas ratas, espantadas ante la cercana carencia de grano, olisquean la salida de tan lóbrego reducto. Tal es el caso de uno de esos jactanciosos sirvientes de la caverna, especialista en la difamación hacia el enemigo que el amo tuvo a bien escoger —fueron antológicas sus arengas contra el PP, desde la SER, en las jornadas de reflexión—, al que se le nota demasiado que ha comenzado su clarividente proceso de reconversión a rata. ¡Cómo verá de peliagudo su propio futuro de seguir atado al mástil de Prisa!


Hablo de Carnicero, del que en Europa Press puede leerse un artículo escrito a dos velas: Una a Dios y otra al diablo. El artículo en cuestión se titula “La escenificación de la debilidad” y cualquiera diría, después de leerlo, que el sujeto se refiere a sí mismo y a sus enormes dudas para encajar aquí o allá cuando la debacle de PRISA -que probablemente irá pareja a la del PSOE- se haya producido. Mientras, hará méritos para que se le considere un periodista independiente, de la mañana, supongo. Este hombre nos muestra entre líneas todas sus miserias ideológicas y su falta de integridad, ya que le atiza un tremendo varapalo al Gobierno, al modo de cualquier columnista ajeno a secta ideológico-crematística —lo que nunca ha sido—, pero al mismo tiempo no deja de atacar con saña al PP. Es lo que se conoce como jugar con dos barajas y simular una dignidad perfectamente anulable mediante la retribución adecuada.

Veamos, Carnicero, si tú crees que el Gobierno “debe ejercitar la escenificación de la firmeza” frente al terrorismo, y aseguras que no lo hace, ¿cómo es posible que al mismo tiempo hables de “la brutalidad con la que el PP está manejando la oposición al Gobierno con la política antiterrorista”? Incluso escribes un párrafo en el que afirmas: “El resultado de la actitud de la fiscalía de la Audiencia Nacional, levantando la acusación contra Arnaldo Otegi, es la generalización de la sospecha de un entendimiento entre el Gobierno y Batasuna para proseguir el llamado proceso de paz”. Lo dicho, una vela a Dios y otra al diablo. Decía Aristóteles que “la duda es el principio de la sabiduría”. Al filósofo griego quizá le falto anotar —o yo ese día no fui a clase— que cierta duda, cuando es calculada y se nos ofrece a modo de “por si acaso, palos para todos”, entra de lleno en el cinismo y en la bajeza.

Este hombre sería creíble respecto a su caída del caballo —que en realidad más que una caída parece un deslome seguido de un batacazo—, si hubiese cumplido dos requisitos previos: 1.- Poseer un historial nada sospechoso de actuar —nunca mejor dicho lo de actuar— a favor de parte. Precisamente la parte más innoble, por lo hipócrita, de un socialismo adicto al pelotazo y al enriquecimiento a partir de información privilegiada o concesiones gubernamentales, como es el caso descarado del amo de Prisa, su amo durante tres o cuatro lustros. 2.- Argumenta en el artículo, de forma adecuada, que el Gobierno obra incorrectamente, sin firmeza, pero omite cualquier argumento acerca de esa brutalidad que le adjudica al PP. Lo que significa, dicho en román paladino, que este hombre no posee ni expone las premisas necesarias que justifiquen la rociada a los populares, pero a cambio sí hace gala de sus bajos instintos. ¡Toda una joya de rata olisqueando nueva madriguera!

Autor: Policronio
Publicado el 26 de marzo de 2007

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