miércoles, 28 de marzo de 2018

Pepiño, la declaración más infame

Durante el encuentro hispano-turco celebrado esta semana en Ankara, Turquía, las cámaras captaron un delicado momento en el que el ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, José "Pepiño" Blanco, se quedaba dormido durante la comparecencia de Zapatero y Erdogan en la que hablaba este último.

Decía Flaubert que "la necedad es una roca inexpugnable: todo lo que da contra ella se despedaza". Nada más apropiado para definir a un fulano necio con rabia, roqueño en su estupidez y abanderado de la majadería más dañina. Sí, dañina. Porque dañino con generosidad, casi con lujuria a juzgar por el número de personas que le escuchan y que le creen, es ese individuo conocido como Pepiño Blanco, secretario de organización del P¿SOE? 

Cuando hace declaraciones sobre cualquier tema, cualquiera, Blanco sólo posee un objetivo: el mal, hacer el mal, propagarlo. Que se advierta en él la ruindad moral y su infinita perversidad respecto a lo que juzga.

No he podido por menos que anotar el párrafo anterior, en el que aclaro cuán necio y malvado me parece José Blanco, porque ya me tiene harto con sus afirmaciones sin pies ni cabeza destinadas a crear malestar y ojeriza contra alguien. La última ocurrencia de este ignorante y malévolo sujeto, baboso lacayo de un amo que no le anda muy lejos, ha sido afirmar que "Israel mata a civiles intencionadamente", que son un ojetivo buscado del Ejército israelí. ¡Será infame! 

No me extraña, pues, que todo un diplomático como es el embajador israelí, le haya contestado tal y como se merece: "Nos está acusando de matar civiles de forma indiscriminada, es decir matar civiles con intención. Eso es algo que hace realmente la propaganda árabe, pero no lo esperábamos de quien está al frente de un partido con muchos lazos con Israel y con años y años de relaciones", manifestó. "Que venga el secretario de Organización de un partido, el mismo que organizó la manifestación (del pasado jueves), a echarnos una acusación de ese carácter, nos deja realmente atónitos". 

No quiero ni puedo usar en estos momentos disimulo alguno frente a Pepiño y la gente de su misma calaña. El coraje que despiertan los tipos así, por lo odioso de sus eslóganes, ha motivado un desahogo que creía necesario. Lo necesitaba. Sin embargo, más en frío, no dejo de advertir que lo injusto de ese proceder, tolerado por ZP y jaleado por cientos de seguidores fanatizados hasta la saciedad, hace que cada día considere más inadmisible la existencia de un socialismo que permite y fomenta semejantes bajezas. ¿Dónde está la necesaria mesura de un partido que gobierna una gran nación como es España? ¿Dónde el sentido de Estado, dónde la lealtad hacia el conjunto de la población española, de la que se sabe que muchos ciudadanos no pensamos como ellos? ¿A quiénes desean representar los pepiños de toda condición?

En nombre de los españoles no atiborrados de odio hacia Israel, le pido disculpas a su embajador y le recuerdo que aún somos muchos los españoles que sabemos discernir entre el ataque indiscriminado del terrorismo islámico y la legítima defensa a la que debe acogerse cualquier estado que no aspire a perecer. Pepiño, el otuso e indigno Pepiño, jamás diferenciará la propaganda vomitiva que acostumbra a soltar por su boca o la  divulgación de consignas para la masa borrega que le sigue, a la que siempre se dirige, de cualquier declaración que no parezca surgida del propio Hezbollah. Eso sí, señor embajador, tome nota de lo que representa el actual gobierno de España. Más que nada por si cayera en sus manos cierta información que sin duda posee el Mossad sobre el 11-M.

Publicado el 24 de julio de 2006

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