jueves, 15 de marzo de 2018

El rosario catalán


Para rezar los Lunes y Sábados.


LOS MISTERIOS GOZOSOS

Primer misterio: La anunciación y encarnación del Estatut desde las entrañas de la purísima Constitución.

El honorable Yoda Pujol durante sus veintitrés años de gozosa catequesis recitando los conocidos mantras “Catalunya es una nació” y “Som six millons” en iluminada inmersión lingüística, recibió finalmente la merecida inspiración para su designio hacedor cuando buscando resquicios en la lectura de la Constitución Española descubrió que nacionalidad y nación no suponían ninguna diferencia y que la Ley puede conculcarse mediante reglamentos. En estado de gracia por haber hallado la respuesta a su “¿com ens ho farem?”, levitó y, transfigurado beatíficamente, vislumbró una luz cegadora que desde lo alto de Banca Catalana le anunciaba la futura llegada de un casto varón que desentrañaría para siempre el misterio de la palabra. Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.

Oremus.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
Ondia, no fotis (ora pro nobis).
….
Segundo misterio: La visitación de Carod Rovira a San Ternera 

Algún tiempo después, el nuevo anunciador del bien que estaba por venir, el gran profeta de Cambrils, devenido gran visir y conseller en cap, Carod Rovira peregrinó a la lejana ciudad de Perpiñan, en tierras de la futura Catalunya Nord, donde la devoción a su maestro San Ternera - inspirador de la antigua y añorada ONG Terra Lliure, hoy integrada por sus más cercanos y devotos colaboradores en la nueva y santa orden de los Ercianos - le impulsó a implorar su protección local selectiva comunicándole la futura elaboración de un pliego de condiciones que daría al traste con los grilletes constitucionales, permitiendo así la posterior liberación de sus respectivas tierras, divinamente escogidas. San Ternera no descartó alguna que otra acción evangelizadora de apoyo en el ínterin con los mismos objetivos, acuñando por entonces el conocido lema: “Se van a enterar los españoles de lo que somos capaces. Muuuuú”.

Oremus.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
Ondia, no fotis (ora pro nobis).
….
Tercer misterio: El nacimiento de una nación desde la humilde y paupérrima Cataluña.

Forzado por el inesperado conocimiento popular del desarrollo del segundo misterio, nuestro sumo sacerdote San Pascual -laico converso por el evangelio del maestro Yoda Pujol y tras las recriminaciones fariseas y aspavientos de miembros adjuntos de su Sanedrín- finalmente resignado a tanta incomprensión, tuvo que sacrificar públicamente a su gran visir Carod por el imperdonable error de haber utilizado el coche oficial en su tiempo libre. No obstante, sabedor de la íntima bondad y comprensiva generosidad de su pueblo, contraatacó esgrimiendo contra sus más acérrimos competidores la encíclica del 3%, que resultó ser de gran auxilio al poder exorcizar los demonios que impedían la confluencia de objetivos para la consecución de la gran nación catalana. Así, todos juntos en sana competencia por ver quién era el más devoto catalán, y amparados por la fuerza de convicción aportada por los eminentes doctores en eurología Fornesa y Brufau, que habían logrado establecer una respuesta condicionada hipotecando las razones de posibles opositores rectores del imperio, pudo redactarse el preámbulo del Sagrado Estatut, donde se dice que los líderes catalanes interpretando a ritmo de sardana el sentir de su pueblo, son una nación. Misterio de la voluntad desarrollado sin fisuras en un texto inapelable e inatacable, que justifica que las penurias por las que atraviesa la raza catalana solo podrán ser superadas en un metafísico apartamento tribal que salvaguarde sus esencias y que permita la forja de su futuro en la tierra prometida sin injerencias charnegas ni inspecciones fiscales.

Oremus.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
Ondia, no fotis (ora pro nobis).
….
Cuarto misterio: La purificación del Estatut como una patena y su presentación en el templo de la Democracia.

A pesar de la preaceptación incondicional del Verbo, cuyo misterioso advenimiento ferroviario resulta aún hoy día inexplicable, las formas externas son importantes y por ello, ante las insidias y embates del Diablo destructor, se impulsó sabiamente su tramitación eludiendo los canales previstos por la Ley de leyes vigente pues claramente podría entrar en contradicción con la misma. Era necesario que aquel Antiguo Testamento de consenso no quedara en entredicho, pues aún habiendo sido reconocido por todos los españoles como la mejor herramienta y garantía de futuro común, siempre había sido la causa del desasosiego catalán a causa del insalvable escollo de la definición nacional. El gran gurú oncemarziano, filósofo preclaro de la ética práctica y la democracia avanzada, tras meditar tan difícil problema en su refugio de la Mareta, recibió una fast-iluminación en su retiro mediante el anuncio sonriente que contentaría a todos los hipócritas y envidiosos disidentes en su propia casa, enunciando sin pestañear que era perfectamente posible evitar mojarse aunque llovieran chuzos de punta, para lo cual tenía no menos de ocho distintas fórmulas mágicas y paraguas para todos. La limpieza y pulimento de la patena corrió a cargo de San Alfredo, aclamado públicamente por su milagrosa labor que no dejó duda por disipar, pues la regeneración de la patena estatutaria la vio con sus propios ojos. Finalmente y tras unas sacrificadas consultas nocturnas, ejemplo de transparencia, con el último sacerdote catalán-reticente, se permitió la aprobación oficial final de nuestro Sagrado Estatut por un amplio margen consensuado.

Oremus.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
Ondia, no fotis (ora pro nobis).
….
Quinto misterio: La nación catalana se hallaba perdida y San Pascual la ha encontrado.

Superados los arduos trámites y domesticadas las voluntades contrarias, auténtico via crucis para muchos de nosotros, llegó el gran momento: mostrar las tablas de la ley bajadas de lo alto del Sinaí al pueblo. Sin embargo, y para consternación de nuestro sumo pontífice San Pascual de Glenfiddich, algunos patriarcas, adoradores contumaces del becerro de oro, no se hallaban conformes con el insuficiente grado de reconocimiento de nuestras virtudes y se dieron al aquelarre. Ello provocó un cisma fraternal que se saldó con la expulsión del templo de la catalanidad de los representantes disconformes, aunque con la promesa de establecimiento de nuevas etapas tripartitas que tan buen fruto habían dado. Se puso fecha para que el pueblo catalán se acogiera a los privilegios que sin duda iban a arreglarles la vida, sin olvidar a aquellos que sufrieron el calvario carmelitano bajo sus pies a los que nuestro San Pascual tuvo la deferencia de dirigirse en su lengua nativa para convencerles de que si todavía no tenían piso era por el retraso de la entrada en vigor del Estatut. El pueblo, desconcertado, empezó a dar muestras de cansancio, hastío y desconfianza, lo que motivó el estudio por parte de las altas jerarquías del posible relevo de San Pascual a manos de San Josep, de los Montilla de toda la vida o incluso del contertulio nocturno del Verbo, que esperaba agazapado poder recoger el testigo y llevarlo con vigor renovado hasta el pebetero del Estadí San Lluís Companys de Montjuich.

Pero hete aquí, que cuando todo el mundo daba por desaparecido y amortizado a San Pascual, a este se le halló de nuevo maravillando a sabios y doctores, propios y ajenos, sobre el verdadero espíritu de lo que para él significa ir por libre, pelando nuevas capas de la cebolla y blandiendo bíblicas amenazas sobre la soberanía individual maragalliana, impulsora natural de la conciencia social catalana del “me lo pido”. Sin él saberlo, dio pues con la clave, ya que la libertad e independencia de las personas son en realidad el verdadero y último reducto de nuestra esperanza como seres humanos libres y solidarios que no precisamos de Estatut alguno para saber quienes somos. 

Oremus.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
¿Ha vingut algú?
No ha vingut ningú.
Ondia, no fotis (ora pro nobis)...

Autor Perry
Publicado el 21 de mayo de 2006

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