jueves, 25 de enero de 2018

Consideraciones al por mayor


Considero que los parlamentarios catalanes que han aprobado recientemente un nuevo estatuto para Cataluña, quizá mejor decir para contentar a la mafia política catalana (considerada autista, interesada y desleal como pocas), son unos adoradores del Lucero del Alba, al que probablemente no tardarán demasiado -también lo considero- en ofrecerle sacrificios humanos y misas negras. Considero que lo que acabo de escribir es una barbaridad, ¿verdad?, pero considero, puestos a considerar como hacen otros, que no es de menor calibre la decisión tomada por ese grupo de usurpadores a los que, entre otros muchos disparates, no se les ha ocurrido otra idea más estafadora que incluir en uno de los apartados de su nuevo código tribal, en el que sólo les falta reglamentar los tatuajes que deberán exhibir desde el jefe de la tribu, pasando por el hechicero y concluyendo en los recién nacidos, todo un párrafo que dice literalmente así: Cataluña considera que España es un Estado plurinacional.


Veamos. Lo que esos diputados consideran, y recordemos que no son más que una parte del Parlamento catalán sin mandato alguno del pueblo para novaestatutar (llamarlo reforma es otro fraude de Ley), lo convierten sin ningún complejo ni consideración en la más firme declaración de lo que opina Cataluña. De donde se deduce que los diputados del PPC han dejado en ese punto de ser considerados catalanes. Claro que, bien mirado, hace mucho tiempo que dejaron de serlo al no hacerle el juego al 100% a la Mafia del 3% (3 o 30 por cierto, no sé que considerar). Digamos que el talante bollicao de Piqué, que no dudó en insertarse en la Comisión del Estatuto-Fraude, donde aportó algo de sentido común y mucho de sometimiento, no ha bastado para considerarle catalán. Luego no es más que una parte del Parlamento catalán (Cataluña es algo muchísimo más grandioso y admirable, se considere como se considere), si se quiere muy mayoritaria, la que considera que España es un Estado plurinacional.

Ahora bien, ¿quiénes son esos políticos catalanes para considerar nada o dejar de considerar respecto a la totalidad de España? Nadie, no son nadie, por cuanto hay algo que ellos no consideran y que se llama pueblo español. O ciudadanía, si se prefiere así, que es la única depositaria de la voluntad del conjunto de los españoles. Es más, si el resto del Estatuto catalán no estuviese plagado de artículos inconstitucionales, intervencionistas y sectarios, la sola inclusión del párrafo aludido bastaría para rechazar el Estatuto-Catálogo, puesto que se trata de un auténtico manual de instrucciones, elaborado por gente muy poco de fiar (salvo Carod, que habla abiertamente de secesión) y destinado a: 1. Asegurarse la prevalencia económica, política y comercial respecto a lo que ellos denominan Estado español, donde la democracia ha venido a equilibrar el bienestar entre las regiones y es algo insoportable para la clase político-mafiosa catalana, siempre victimista y siempre garrapata. 2. Contentar a una minoría secesionista, incrustada en todos los partidos firmantes del Estatuto, cuyo portavoz, que no es otro que Carod, no tiene reparos en afirmar que este Estatuto no es más que el siguiente paso hacia la independencia. 

Publicado el 20 de octubre de 2005

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