jueves, 28 de diciembre de 2017

Rodríguez, de batacazo en batacazo


Es inútil que Pepiño Blanco y la caballería mediática de Polanko se empecinen en ocultarlo estos días. El único éxito electoral, a cuyo carro se ha podido subir Rodríguez Zapatero, ha sido obra y gracia del atentado más brutal de nuestra Historia. El islamismo (¿junto con el batasunismo?) ha sido el gran aliado zapateril de estos años y el verdadero encargado de aupar a Rodríguez hasta la Moncloa, un sitio que, independientemente de su rancio jacobinismo republicanoide, le queda más que grande. Por mucho maquillaje radiotelevisivo, por mucha historia-ficción del socialismo hispánico con las que nos catequice la Fundación Pablo Iglesias, y por mucho gabilondismo prisaico que destilen las ondas con más audiencia, nada puede ocultar ya que el periplo electoral victorioso del adalid socialista empezó y terminó el 14-M, porque las posteriores apuestas electorales zapateriles, han constituido un auténtico fracaso. Y es que los chicos de Ferraz, no dan ni una…


Hagamos un breve repaso: 1) Empate técnico en las elecciones europeas del 2004, en las que Mayor Oreja casi arrebata la cartera a Borrell en plena efervescencia del cutre mundo zapateril. 2) Victoria abrumadora de la abstención en el referéndum español sobre el Tratado giscardiano. En Francia, ahora han votado tantos –proporcionalmente- como en España se abstuvieron. 3) Fracaso monumental de Patxi López en las elecciones vascongadas. Digan lo que digan y se pongan como se pongan, la subida del PSE fue paupérrima (no llegó al nivel del PP en el 2001) e inútil (no se ha desmontado el Gobierno nacionalista). 4) Derrotas electorales a tutiplén del camarada Schroeder, por todos los estados alemanes. El último, con Rodríguez y Desatinos de teloneros. 5) Victoria del “no” al Tratado en Francia, y, en breve, en Holanda… 6) Y esperen, porque el año no ha terminado y se prevé una nueva derrota electoral del PSG en Galicia. Todo un récord de gafes para José Luis Rodríguez Zapatero.

En cualquier caso, a estas alturas parece ineludible comenzar a preguntarse algunas cosas:

- ¿Se atreverá alguien a contar con el arriesgado concurso de Rodríguez, en próximas elecciones?

- ¿Por qué ha apostado tan decididamente Rodríguez por el tratado giscardiano, cuando buena parte de la izquierda europea está rotundamente en contra del mismo?

- ¿Qué ocultas afinidades mantiene Rodríguez con los Chirac y Giscard para, a sabiendas de que el Tratado se ha hecho de espaldas a la sociedad europea, apoyar tan decididamente la campaña del “sí” en Francia?

- ¿Qué ocultas, secretas o discretas razones han movido a Rodríguez, a someterse al superdecadente y autodestructivo eje franco-alemán?

- ¿Cuáles han sido los beneficios reales (tangibles y contables) que España ha sacado de la ruptura de Rodríguez con el mundo atlántico y la nueva alianza con los dos países más decadentes de Europa?

Autor: Smith
Publicado el 30 de mayo de 2005

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