jueves, 30 de noviembre de 2017

Por el Imperio Catalán, hacia los presupuestos


Una de las quejas reiteradas del nacionalismo –separatista, intervencionista e imperialista- es la que hace referencia a la “forzada” imposición de la unidad de España a sangre y fuego. Siguiendo este argumento, los separatistas han reclamado desde sus orígenes el derecho a poder expresar sus propias identidades “nacionales” como pueblos diferenciados del resto de comunidades del Estado.

Ahora bien, cuando se trata de la defensa de las variedades provinciales o comarcales establecidas dentro de sus “nacionalidades”, la cosa no es que cambie, sino que se torna radicalmente opuesta. Si por los separatistas vascos fuera, Errioxa, Kantabria, Nafarroa e Iparralde, constituirían el espacio vital vascongado necesario para la anhelada independencia de sus territorios. Y si por los catalanes fuera, Valencia, Aragón, Perpignan y las Baleares, lo mismo. Cuando uno contempla la presencia de Batzokis en la Rioja Alavesa o en Ribera del Ebro, o puede por menos que pensar que el aranismo, a pesar de defender a capa y espada las “peculiaridades” vascongadas, realmente trata de uniformar toda “Euskal-Herria” con mucho menos respeto del que, por ejemplo, Felipe II demostró hacia los distintos reinos que componía su imperio. Ahora, PSC, CiU y ERC quieren robar los documentos del Archivo de Salamanca, pero: ¿donarán los documentos sitos en Barcelona que hagan referencia a otras regiones españolas?¿dividirán su archivo entre las distintas provincias y éstas, respectivamente, entre sus comarcas? Ahhhhh, he aquí el núcleo gordiano de la cuestión. Ya lo dice el viejo aserto: lo que para ti no quieras…

Viene esto a colación del escándalo montado a raíz de la presión que está ejerciendo la ERC, en su negativa de apoyar los presupuestos, para evitar a todo trance que la lengua valenciana, que no es la catalana, mal que les pese a los separatistas y a los indocumentados, pueda tener su correspondiente traducción de la Constitución Europea. Y a mí, todo esto me resulta tremendamente chusco, porque tanto defender los políticos de la paramasónica ERC (¿dónde se han parido los bautismos civiles?) la “identidad” de los pueblos y parece que el “pueblo” de Valencia no tiene el más mínimo derecho a defender la suya.

Como ha escrito un paleto hoy en una carta en ABC, como un valenciano y un catalán se entienden perfectamente en sus respectivas lenguas, los dos idiomas son la misma cosa. ¡Qué conclusión científica, amigos de Batiburrillo y Redliberal! Y yo, que me he entendido perfectamente en Galicia, Portugal e Italia, puedo llegar a la conclusión de que español, gallego, portugués e italiano forman una misma lengua… ¿Hasta dónde va a llegar la demagogia? ¿Es que nadie va a decir a esta gente que el valenciano es un idioma más antiguo que el catalán? A ver al final si va a resultar que el catalán es una variante del valenciano, y no al revés… Cuando llegó la democracia, los nacionalistas vascos unificaron la lengua vasca, reprimiendo brutalmente los distintos dialectos (creo que sólo en Navarra había hasta nueve dialectos vascos) que radicaban en los distintos valles vascongados y pirenaicos. Ahora, parece que Roviretxe pretende rebajar a Valencia a la categoría de provincia Anchluss de Cataluña.

Por todo esto pienso, digo, transmito, que el derecho de los pueblos a defender los derechos de las “nacionalidades”, sus tradiciones, lenguas y culturas es un mero camelo para disfrazar el independentismo político y económico, que es lo único que les interesa de verdad. Y justificar sus puestos políticos con la demagogia separatista de siempre. No respetan, no defienden ningún derecho de ningún pueblo. Se aprovechan de los principios nacionalistas para dar rienda suelta al separatismo guerracivilista de antaño. Y que ni el hijo del requeté Arzallus ni el del guardia civil Roviretxe, nos vengan con las monsergas de la opresión franquista, que, además de lejana en el tiempo, parece que el régimen anterior no fue tan malo para sus familias.

Autor: Smith
Artículo publicado el 9 de noviembre de 2004

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.