martes, 9 de enero de 2018

Metenamina

Reunión de los miembros de la Comisión parlamentaria del 11-M

Después del triste espectáculo ofrecido en la clausurada comisión de investigación del 11-M, no tengo más remedio que reconocer que la estrategia de silenciamiento y ocultación del Gobierno, a la que se han prestado patéticamente la totalidad de las fuerzas políticas, salvo el PP (culpable previo de todo mal), y que formando sociedad político-mercantil interesada han logrado impedir todo avance y clarificación, ha dado sus frutos. La anestesia suministrada a los ciudadanos españoles sobre la atroz matanza, parece haber acallado las ansias infinitas de saber que ocurrió, en especial las de aquellos que reclamaban hipócritamente a todas horas y desde el primer minuto.


A las impagables investigaciones de Fernando Múgica en El Mundo, hay que sumar ahora el brillante análisis y exposición que Luís del Pino, en la serie Los enigmas del 11-M publicada en Libertad Digital, está desgranando en base a los nuevos datos que se van conociendo y que, como vías de agua en un muro de iniquidad sin fin, se van abriendo camino sin que sea posible taponar todas las grietas. El diputado canario Paulino Rivero (presidente de esa farsa inútil), debe hallarse cerca de ese muro que amenaza ruina y vergüenza, y por ello intenta ahora salvar los muebles haciendo ofertas de reapertura. No gracias, Paulino. No más tergiversaciones, ni más políticos necios jugando a ser Perry Mason. Habéis demostrado suficientemente que entre vuestros objetivos jamás ha estado encontrar la verdad. Vosotros sabréis porqué.

Dice Rivero que para seguir, debe demostrarse primero que se ha mentido. Pero hombre, por Dios, si el problema consiste precisamente en saber quién no lo ha hecho. Desde Dezcallar (incluido en la lista de premiados por ello) al Coronel Hernando, pasando por los medios progres de desinformación afines, hasta el manipulador confeso Sánchez Manzano, responsable de los Tedax. Todos, menos aquellos a los que se acusó en aquel terrible y confuso momento y que, al menos, todavía a esperan respuesta.

¿Por qué? No puedo persuadirme a mí mismo de que se trate simplemente de intentar tapar las mil y una negligencias habidas y las extrañas vinculaciones reveladas, como la del terrorista Almallah afiliado al PSOE, o los conciliábulos mantenidos por el socialista Fernando Huarte (hoy desaparecido en "combate") con islamistas celebradores fraternales junto a etarras, brindando por el éxito de aquellos asesinatos ferroviarios cuyas evidencias en forma de grabaciones, fueron negadas por la vicepresidenta De la Vega a la Comisión, en aras de la salvaguarda de su intimidad.

A todo esto, hete aquí que una sustancia llamada Metenamina, que tiene la inesperada propiedad química de separar mentiras de verdades, dibuja un siniestro elemento más en forma de posibles señuelos preparados al efecto, de diversas procedencias y voluntades participantes por acción u omisión en la trama asesina. Esta característica me hace pensar en la conveniencia de que la sustancia en cuestión, pudiera dispensarse bajo receta como tratamiento genérico para mentirosos compulsivos.

Autor: Perry
Publicado el 14 de agosto de 2005

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