Hay numerosas pruebas de manipulación interesada, completamente ajenas a la religiosidad de Mahoma, en el libro sagrado de los musulmanes, quizá las más evidentes sean las aparatosas contradicciones que el texto ofrece. Por ejemplo, se dice que cristianos y judíos hallaran su recompensa cerca de Dios si creen en los libros enviados a ellos (gentes del libro), pero se afirma a menudo que serán castigados por la ley del talión a cuento de... no se sabe qué.
Da la impresión de que en los más variados aspectos del Corán haya influido bastante la actitud pendenciera de quien conservó el fragmento, incluso tanto como las palabras pronunciadas por el profeta, de quien no cabe ninguna duda que fue un hombre relativamente justo para su época y para las características que se daban en su tierra, pero que tuvo el infortunio de introducir una religión que se desvirtuó casi de inmediato.
Veamos un ejemplo: Mahoma nos dice que la mujer vale la mitad que un hombre y eso es algo inadmisible que sólo los musulmanes aún aceptan, pero en la época anteislámica una mujer, por desgracia, no valía casi nada, menos que un camello.
No es fácil llegar a comprender cómo es posible que Mahoma, en vida, no ordenase la recopilación de su doctrina. Si en verdad fue un encargo divino, ¿qué misterio puede justificar una cosa así?
Autor: Policronio
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