lunes, 8 de octubre de 2018

El Islam IV (revisado)


Mahoma, horrorizado del paganismo desenfrenado de La Meca e influenciado en sus viajes por otras religiones monoteístas, creyó advertir un sistema para que los árabes, que por entonces secundaban en banderías a una miríada de jeques enemistados entre ellos y de carácter pendenciero, dejasen de guerrear entre sí. Mahoma también deseaba que su pueblo abandonara la condición servil hacia los grandes imperios que envolvían a la península arábiga, algo que conocía bien al haber transportado mercancías que en las ciudades de destino centuplicaban su precio.


Mahoma quiso reunir a los que él consideraba suyos, pretendió crear una nación de árabes y entrarlos en la Historia, en pie de igualdad con los dos grandes imperios colindantes de su época: El sasánida y el bizantino o romano de Oriente, pues no olvidemos que los soñadores apuntan siempre muy alto y las naciones se crean a partir de dos incentivos básicos, a veces complementarios, que Mahoma dedujo y puso en práctica:

1. Un enemigo común, del que los árabes habían carecido a lo largo de su historia, puesto que la tiranía climática del territorio alejaba a los grandes imperios, que siempre bordearon en su expansión los desiertos de Arabia.

2. Una religión cargada de normas, que no evitase la belicosidad y en la que no faltasen cierto espíritu benefactor y numerosas recompensas celestiales para los combatientes caídos.

Pero Mahoma era analfabeto, algo muy frecuente en las tribus árabes dedicadas a la trashumancia y al comercio caravanero. Ni pudo permitirse reunir ciertos libros de otras religiones, para repasarlos, integrarlos y crear su propio “manual ideológico”, ni tampoco pudo escribir directamente su doctrina unificadora. Mahoma se limitó, pues, a escuchar y memorizar cuantas ideas oyó y fueron de su agrado y lo hizo así a lo largo de unos incontables viajes que duraron más de 20 años. Años en los que Mahoma dirigió caravanas al servicio de Jadiya, viuda rica con la que acabó casándose

Autor: Policronio
Publicado el 9 de junio de 2009

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