sábado, 9 de diciembre de 2017

El cochero de Drácula


Su aspecto siempre nos había parecido siniestro, hasta delictivo. Ahora bien, nunca hubiéramos imaginado que, haciendo gala al refrán, la faz de este señor fuera el espejo de su espíritu. Al igual que Manuel Azaña, este personaje, cuya mayor aportación al mundo jurídico fue la creación de un avieso código civil que supuso un claro paso a tras en la lucha contra el delito, piensa que la democracia debe ser el régimen político en el que sólo puede gobernar un partido de izquierdas, crear opinión pública los periodistas de izquierdas, manifestarse en la calle las organizaciones sociales y sindicales izquierdistas, insultar al político rival, agredir a los contrarios y asaltar sedes políticas derechistas, naturalmente, las gentes de izquierdas. Se mire como se mire, así fue el periodo de gobierno del Frente Popular en 1936. No es sólo nuestra esta opinión, pues la comparten docenas de historiadores.


El pasado día 28 de enero, desde las páginas del diario La Razón, Juan Alberto Belloch arremetía durísimamente contra los manifestantes de la convocatoria de la AVT que increparon pero, que se haya demostrado hasta la fecha, no agredieron en ningún caso al ministro de Defensa, José Bono. Patético, por cierto, el papelón de este demagogo patriotero y pseudoclerical que, después de aterrizar en helicóptero a escasos metros de la manifestación, se colocó en el lugar con mayor densidad de cámaras de televisión para –como se vio después- montar el numerito.

Juan Alberto Belloch, desde las páginas del que creíamos un diario más serio, hizo tres cosas que a nuestro juicio enseñan su verdadera catadura moral; catadura por la que, la verdad sea dicha, nunca habíamos apostado nada porque sabíamos que el tiempo nos iba a dar la razón.

- Lo primero que hace este individuo es descalificar como fascistas a los manifestantes que increparon – y, que se haya demostrado, repetimos, no atacaron- al señor Bono. Manifestantes a los que relaciona con un "segmento de la población" de extrema derecha (!). Por lo visto, para el señor Belloch, el derecho al insulto en pública manifestación queda reservado para los socialistas, los comunistas y los nacionalistas, cuando por la calle aparece algún dirigente popular. Los que en otras ocasiones insultaron y zarandearon a Aznar, Rato, Rajoy, Piqué, Fernández, Vidal Quadras, Iturgaiz, etc. no eran fascitas, o al menos este señor se calló cobardemente, cuando muchos otros incidentes sucedieron y, por cierto, los agredidos e insultados no se prestaron a ningún montaje victimista, ni desde la televisión del zaherido Urdaci se explotaron los acontecimientos hasta llegar al absurdo.

- Lo segundo que hace este sujeto, al que no sabemos por qué el misterioso señor Ansón se ha prestado a publicarle tan bochornoso artículo más propio de un chekista que de un ex ministro del Gobierno de España, es agredir con su pluma a la Cadena COPE –en la que trabajó su actual mujer- y a sus oyentes, a los que llama fascistas y en especial a Federico Jiménez Losantos, a quien considera el responsable último de los supuestos incidentes ocurridos en la mencionada manifestación. Cree el ladrón que todos son de su condición y que la gente que se manifestaba allí contra el terrorismo etarra e islámico y, por supuesto, contra las contradicciones del Gobierno socialista, obedecía a ocultas consignas eclesiásticas y de la “extrema derecha”; o que marcharon allí jaleados por el propio Federico Jiménez Losantos y con instrucciones concretas del obispado madrileño; o vayan ustedes a saber. Quiere Belloch darnos clases de democracia y libertad a los demás…él, que tanto contribuyó a la confusión de funciones ministeriales ocupando las carteras de Justicia e Interior; él, que coprotagonizó con la Vicepresidenta De la Vega uno de los capítulos más sórdidos de nuestra Historia reciente allá por Laos...

- Pero lo tercero, y lo más grave, es la apelación que hace en el mencionado artículo para que el Estado adopte instrumentos represivos contra lo que él considera el resurgimiento de le “extrema derecha” en España y que no es otra cosa que la obligada reacción de una parte de la sociedad española que está harta de tragar con las ruedas de molino del socialismo, llámense corrupción, falta de firmeza en la lucha antiterrorista, demagogia social o reventa de los intereses nacionales a la Esquerra o al PNV en la peor de las almonedas posibles. Para la gente que como la que se manifestó el otro día en Madrid lo que importa es España y la Libertad, la Libertad y España; para esos patriotas y constitucionalistas se ha terminado ya el maricomplejinismo y han dicho con la valentía necesaria que la calle también es de ellos. Y, le guste o no al ministro, al que se le vio su plumero de “socialista solidario” al manifestarse por las calles de Zaragoza en contra del Trasvase del Ebro -porque no cree en la solidaridad ni en el reparto, digan lo que digan las campañas de Pepiño Blanco-, en adelante, se va a ver que la gente sencilla, le gente que no tiene necesariamente carné del partido que sea, o que no es ni actor ni cineasta, ni cantante ni presentador de televisión, ni de tal plataforma progresista o tal sociedad anarquista, también tiene voz

Y si al señor Belloch, desde su rancio jacobinismo, desde su pensamiento antidemocrático, desde su atalaya totalitaria en definitiva, no le parece bien, se tendrá que aguantar, porque en caso contrario, tendrá en frente a un buen puñado de españoles dispuestos a defender la libertad.

Autor: Smith
Publicado el 29 de enero de 2005

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