La noticia saltaba a la palestra gracias a esta bitácora: tres conocidos socialistas, María Antonia Iglesias, Fernando Delgado y Rosa Regás, y una inane necrófaga, abandonaban una tertulia de Canal Sur sobre la Memoria Histórica para aplicar a Ignacio Villa -gracias por mantener el tipo, Nacho- el consabido "cordón sanitario" marxistoide. Una práctica típica de los totalitarios de ayer y de hoy.
Y es que, hablando de Memoria Histórica, es curioso, pero la izquierda totalitaria, valga la redundancia, exige constantemente a la Iglesia y al PP que pidan perdón por los crímenes de la Guerra Civil Española, cuando ni el PP existía ni la Iglesia mató, pero el PSOE, el PCE, la CNT y la Esquerra existían y mataron... ¡Y cuánto...!
La verdad es que el trato dispensado en dicho programa hacia Ignacio Villa, el sacerdote Jesús de las Heras, la Iglesia, la Conferencia Espiscopal y la Cadena COPE fue sencillamente lamentable. Insultos, injurias, descalificaciones a go-gó. La verdad es que es admirable cómo De las Heras y Villa aguantaron el tipo frente a esta jauría de sectarios frente-populeros. Ni talante, ni respeto, ni educación, ni nada de todo eso con lo que se llena la boca toda la progresía roja.
Pero, como este es un país libre (de lo que nos congratulamos) y existe la libertad de expresión (no en Canal Sur y menos en Mejor lo hablamos, perdón, Mejor no hablamos), hay quienes como Enric Sopena y Cía tienen todavía la desvergüenza de echar a Nacho la culpa de todas sus provocaciones. Pero, por favor, estén atentos a los argumentos de los tertulianos frentepopulistas, recogidos en El Plural:
Fernando Delgado, para el que puede que sea un heredero de los que fusilaron a Lorca, aunque no soy Guardia Civil. Eso sí, él es socialista, como los asesinos de los 5.000 enterrados en Paracuellos del Jarama.
Bien, Delgado considera “deplorable haber aceptado un debate con personas de acreditada incapacidad para dialogar”. Por si no bastara con sus burdas lecciones de educación y democracia del programa, ahora lecciones de diálogo. Eso sí, a la primera de cambios se larga del programa porque le sienta mal una verdad: que la Cadena Ser mintió el 11-M con la intención de dar un vuelco electoral el 14-M. Pero prosigue el presentador de la TVE que tapaba como podía el GAL y la corrupción del PSOE: “eludí escenificar un encuentro entre las dos Españas que es lo que viene buscando la derecha y personas como Nacho Villa”. Ah, ¿pero existen las dos Españas?, ¿no hay una España sola y serena?, ¿no será que "Zeta" las está resucitando por sus complejos familiares?, ¿no habíamos quedado que todo esto iba a servir para "cerrar" heridas?
Por su parte, María Antonia Iglesias, la de los "maestros güenos", considera "un error debatir con personas que no son demócratas". Ya está la izquierda totalitaria, valga la redundancia, repartiendo carnets de demócrata a su gusto. Probablemente lo que sea un error de verdad es invitar a tertulias televisivas a gente tan desagradable física y mentalmente como ella. El corte de digestión está asegurado. Pero es que hay más. ¿Es demócrata quien no deja intervenir a nadie porque acapara todos los turnos de intervención?
Y sigue nuestra i-ne-vi-ta-ble rojelia: "La televisión pública no gana nada en pluralidad y transparencia democrática incluyendo en la línea de los demócratas a gente que no lo es". Lo dijo la íntima amiguita de Arzallus, demócrata de toda la vida. Para colmo, María Antonia explicita el cordón sanitario y su desprecio a quienes no piensan en su clave ultraizquierdista: "ha llegado el momento de poner un punto y final a este tipo de operaciones de legitimación de gente que no lo merece”. Para lo cual, aclara que no volverá a participar con Nacho Villa en un debate. “Los demócratas deberíamos ser también un poco intransigentes en ese sentido, para que no se confunda la pluralidad con la demagogia”. Democracia intransigente, se llama. Es el modelo de democracia de la añorada II República. Que opinen sólo los nuestros. Los demócratas son sólo los nuestros. La libertad la definen los míos.
Miren, amigos de Batiburrillo y Red Liberal, el algodón no engaña: quienes mucho presumen de talante y democracia se dedican a impedir que los demás opinen y no aguantan las opiniones contrarias al pensamiento único. Esta y no otra es la secta progre. La secta de Delgado, Iglesias y Regás, heredera directa de la cheka, Paracuellos y Katyn. De momento, se conforman con la depuración de intelectuales en los medios de comunicación públicos. Veamos cuál es el siguiente paso, pero cada día estamos más cerca de la "célebre" checa de intelectuales establecida por los rojos en el Palacio de Bellas Artes de Madrid y que mandó al paredón a tantos inocentes.
Dedicado a Nacho Villa.
Autor: Smith
Publicado el 26 de octubre de 2007
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