sábado, 15 de diciembre de 2018

Brigadas Internacionales, democracia y libertad

Brigadas internacionales.

El día 22 de octubre se inauguró en la Ciudad Universitaria de Madrid con la presencia estelar de José Carrillo, rector de la Universidad Complutense e hijo del aristócrata de Paracuellos, un monolito en honor de las Brigadas Internacionales. Esta misma semana, en el susodicho monolito alguien ha escrito la palabra “asesinos” y han aparecido destrozadas las flores que aportaban frescura y colorido al monumento en cuestión.

Muy afectada por el destrozo se ha mostrado Ana Pérez, presidenta de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, que no ha desaprovechado la ocasión para dar una lección magistral de desmemoria histórica. Así nos ha descubierto Ana que  “hay mucha gente en este país que todavía no ha entendido lo que significa la democracia y un gobierno legalmente establecido como fue el del Frente Popular durante la República”. Según Ana, esta misma gente tampoco “sabe qué significa una sublevación militar... es un déficit que afecta a mucha gente y que se manifiesta así” y resulta para la amiga de los brigadistas “impensable en otros países que han pasado por dictaduras que alguien ataque un monumento de estas características, que exalta los valores de la democracia y libertad”. 

Diga lo que diga Ana Pérez, aquí el único déficit que yo advierto es el referente a lo que esta señora o señorita entiende por democracia, libertad o gobierno legal, conceptos todos ellos incompatibles con la ejecutoria del conglomerado de partidos integrantes del Frente Popular. Y con respecto a las Brigadas Internacionales, repasemos someramente alguna de sus principales señas de identidad, todas ellas bien alejadas del amor por la libertad y la democracia:

1- Tanto la creación de las Brigadas Internacionales como su organización y envío a España corrió a cargo de la Komintern, organización subversiva al servicio de Stalin, el más sanguinario tirano que hayan conocido los tiempos.

2- La inmensa mayoría de los brigadistas eran furibundos comunistas partidarios de la instauración de la dictadura del proletariado, si bien no faltaron idealistas que vinieron a España única y exclusivamente a luchar “contra el fascismo”.

3- Consecuentemente con lo expuesto en los puntos 1 y 2, para nada defendían las Brigadas Internacionales ni la democracia ni la libertad. Su ideal político consistía en implantar un sistema que fuese fiel reflejo de la URSS de Stalin.

4- Los brigadistas participaron activamente en la represión contra sus supuestos aliados del Frente Popular, secuestro de Nin incluido.

5- No faltó la represión tampoco en el seno de las Brigadas Internacionales. Según André Marty, apodado “El carnicero de Albacete” y voz del amo Stalin en España, “no he dudado en ordenar las ejecuciones necesarias. Esas ejecuciones, en cuanto han sido dispuestas por mí no pasan de quinientas, todas ellas fundadas en la calidad criminal de los condenados”.

6- A los brigadistas les fueron retirados sus pasaportes para ser utilizados por los servicios de espionaje soviéticos. Pese al carácter nominalmente voluntario de los componentes de las Brigadas Internacionales, a estos no les fue permitido abandonar la lucha si así lo estimaban conveniente.

7- En su mayoría, los miembros de las Brigadas Internacionales suscribieron sin reservas el pacto nazi-soviético de agosto de 1939 y se posicionaron contra las democracias en la II Guerra Mundial, acusándolas de haberla desencadenado. Sólo la invasión de la URSS en junio de 1941 propició que los brigadistas combatieran a Hitler.

8- Finalizada la II Guerra Mundial e instaurados en el este de Europa regímenes comunistas, relevantes dirigentes de las Brigadas Internacionales se erigieron en destacados capitostes o miembros de los aparatos represivos de dichos regímenes totalitarios.

Todo muy democrático, ya ven. Si la señora Pérez quiere ser amiga de las Brigadas Internacionales y de lo que éstas significaron y significan, en su derecho está, faltaría más, pero a lo que no tiene derecho es a propalar falacias y falsedades para justificar tanta fraternidad. Ana Pérez, según su propia confesión, ni es amiga de la libertad ni de la democracia: es amiga de Stalin y de la más abyecta de las tiranías que ha sojuzgado al ser humano en el siglo XX.

Autor: Rafael Guerra
Publicado el 5 de noviembre de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.