Lo primero que hay que afirmar de Artur Mas es que se trata de un aventajado monaguillo de Pujol, ese otro fulano totalitario, de carácter sinuoso, que mandó durante 23 años y sentó las bases doctrinarias, con predominio del odio, para que hoy nos encontremos ante una Cataluña dividida exactamente por la mitad: una mitad que no cesa de mostrarse activa (incluso sin descartar el uso de la violencia), vota a piñón fijo cualquier variante nacionalista, aspira a la secesión y, finalmente, pretende la “liberación” de los Països Catalans. ¿Liberación de qué, de quién?
Eso sí, hay otra mitad de catalanes que pasa a tope de votar porque sabe de sobras, como consecuencia del férreo control informativo del régimen, que no vale la pena ni el tiempo invertido en acercarse al colegio electoral, lo cual no deja de ser un error muy grave que además supone un acto de rendición ante los totalitarios. Rendición que algunos asumen al considerar que su futuro, tarde o temprano, se encuentra en otras regiones de España.
Pocas dudas caben acerca de que Artur Mas sea un tipo totalitario, lo ha venido demostrando así durante su larga etapa de oposición, en la que no ha evitado declaraciones marcadamente fascistas, como cuando aseguró: “Que monten un colegio privado en castellano para el que lo quiera pagar, igual que se montó uno en japonés en su momento”. Si a este tipo de declaraciones, tan ofensivas como injustas, le sumamos que Mas es el cómplice principal, junto a ZP, del liberticida estatuto catalán, entonces queda definida meridianamente la postura política de un sujeto bastante antidemócrata.
Sin embargo, como todo es susceptible de empeorar, hay que destacar la última afirmación del totalitario Mas, que aprovecha el trabajo sucio del Tripartito y lo ratifica al anunciar lo siguiente: “Mantendremos las multas y la inmersión lingüística” (ver imagen), un comportamiento que le convierte directamente en un delincuente al anunciar que piensa incumplir, en ambos casos, la sentencia del Tribunal Constitucional, que es lo que ha venido haciendo el todavía gobierno catalán al pasarse por el culo dicha sentencia. Eso sí, con la anuencia de la banda de delincuentes zapaterinos que ahora manda y de la sumisa Fiscalía del Estado, incapaces de reaccionar ante el incumplimiento de la ley en Cataluña.
No quiero concluir este artículo sin destacar la hipocresía de otro personaje integrado en la coalición CiU, me refiero a Durán i Lleida, ese aragonés asilvestrado al catalanismo radical que ha ido siempre por la vida de poli bueno. Pues bien, este sujeto declaró ayer lo siguiente: “Que no nos busquen las cosquillas. Somos dos caras de la misma moneda. Que nadie juegue con la fortaleza del tándem de CiU. Esta vez somos imbatibles”. Para entendernos: Duran asegura que Convergencia y Unió son lo mismo y en consecuencia debe interpretarse que está de acuerdo en mantener las multas y la inmersión lingüística como propone el líder de la coalición. ¿Nos las habemos ante otro delincuente que, igual que Mas y los del Tripartito, se mea en las sentencias del TC? Esa pinta tiene, desde luego.
Autor: Policronio
Publicado el 25 de noviembre de 2010
Eso sí, hay otra mitad de catalanes que pasa a tope de votar porque sabe de sobras, como consecuencia del férreo control informativo del régimen, que no vale la pena ni el tiempo invertido en acercarse al colegio electoral, lo cual no deja de ser un error muy grave que además supone un acto de rendición ante los totalitarios. Rendición que algunos asumen al considerar que su futuro, tarde o temprano, se encuentra en otras regiones de España.
Pocas dudas caben acerca de que Artur Mas sea un tipo totalitario, lo ha venido demostrando así durante su larga etapa de oposición, en la que no ha evitado declaraciones marcadamente fascistas, como cuando aseguró: “Que monten un colegio privado en castellano para el que lo quiera pagar, igual que se montó uno en japonés en su momento”. Si a este tipo de declaraciones, tan ofensivas como injustas, le sumamos que Mas es el cómplice principal, junto a ZP, del liberticida estatuto catalán, entonces queda definida meridianamente la postura política de un sujeto bastante antidemócrata.
Sin embargo, como todo es susceptible de empeorar, hay que destacar la última afirmación del totalitario Mas, que aprovecha el trabajo sucio del Tripartito y lo ratifica al anunciar lo siguiente: “Mantendremos las multas y la inmersión lingüística” (ver imagen), un comportamiento que le convierte directamente en un delincuente al anunciar que piensa incumplir, en ambos casos, la sentencia del Tribunal Constitucional, que es lo que ha venido haciendo el todavía gobierno catalán al pasarse por el culo dicha sentencia. Eso sí, con la anuencia de la banda de delincuentes zapaterinos que ahora manda y de la sumisa Fiscalía del Estado, incapaces de reaccionar ante el incumplimiento de la ley en Cataluña.
No quiero concluir este artículo sin destacar la hipocresía de otro personaje integrado en la coalición CiU, me refiero a Durán i Lleida, ese aragonés asilvestrado al catalanismo radical que ha ido siempre por la vida de poli bueno. Pues bien, este sujeto declaró ayer lo siguiente: “Que no nos busquen las cosquillas. Somos dos caras de la misma moneda. Que nadie juegue con la fortaleza del tándem de CiU. Esta vez somos imbatibles”. Para entendernos: Duran asegura que Convergencia y Unió son lo mismo y en consecuencia debe interpretarse que está de acuerdo en mantener las multas y la inmersión lingüística como propone el líder de la coalición. ¿Nos las habemos ante otro delincuente que, igual que Mas y los del Tripartito, se mea en las sentencias del TC? Esa pinta tiene, desde luego.
Autor: Policronio
Publicado el 25 de noviembre de 2010
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