La rebeldía no es más que una forma de inconformismo ante la opresión y el abuso de poder, situación que por desgracia vive Cataluña como consecuencia de un nacionalismo atroz al que nada le basta. Cuando la rebeldía se produce de un modo pacífico y “a cuerpo limpio”, como propone Ciutadans, nos situamos ante el mejor de los inconformismos posibles: la rebeldía activa y cívica, tan distinta a la indolencia plañidera de muchos catalanes, que a la hora de la verdad se quedan en casa en día de elecciones —las encuestas hablan de un 50% de abstención—, y tan sumamente alejada del activismo violento que practica el separatismo, propenso a la algarada, el aquelarre callejero y la quema de los símbolos españoles.
La rebeldía activa, siempre sosegada, va destinada exclusivamente a despertar la atención del ciudadano. Se trata de hacerle pensar en cuál será el destino más adecuado de su voto y sobre todo aspira a animarle para que acuda a las urnas. Ayer, la formación que encabeza Albert Rivera, líder de Ciutadans, llenó el teatro Romea de Barcelona. Fue un acto destinado a la presentación de la campaña electoral ante las cercanas elecciones.
Hoy he recibido un correo de una pareja muy apreciada por mí que estuvo presente en el citado acto. Incluso me han adjuntado unas cuantas imágenes, tres de las cuales añado en este breve artículo. Mi enhorabuena a cuantos asistieron al evento de Ciutadans, por cuanto demuestran ese espíritu cívico, nada indolente, al que he aludido. Mis mejores deseos para todos ellos. Lo he dicho en más de una ocasión: Votaría a Ciutadans en las autonómicas catalanas si aún fuera residente en esa querida tierra.
Imágenes: MJES
Autor: Policronio
Publicado el 17 de octubre de 2010
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