Dos excelentes periodistas de Intereconomía han sido demandados simplemente por realizar bien su trabajo, el cual ha consistido en contarnos con pelos y señales la peripecia tramposa —hay quien la cree delictiva— de una candidata socialista, De la Vega, que no dudó en usar su cargo público para modificar las normas a fin de votar en Valencia, asunto en lo que la señora se empeñó en las últimas elecciones al considerar que así podría arañar un puñado de votos, objetivo casi único de cualquier acción de gobierno de los integrantes del régimen zapaterino: el voto, es decir, la conservación de la poltrona.
Todo el episodio del cambio de empadronamiento de esta sujeta —de sujeto, sujeta, en lenguaje progre—, que además se había presentado por una provincia distinta en cada elección anterior, lo que no implica ni de lejos la obligación de residir en esa provincia, no hubiese supuesto desventaja alguna para ella de no haberse empeñado en un proceso adulterino de la ley y en crearse una norma a su propia medida y a última hora. Lo que probablemente realizó en un momento de arrebato despótico y desde el más puro estilo “usted no sabe con quién está hablando". Ejemplo de socialismo sarmentoso, en definitiva.
Pues bien, a la Vogue no le ha bastado con tratar de hacerle daño al mensajero, es decir, a los periodistas Dávila y Alfageme, sino que las costas de un proceso cargado de resentimiento acabará por repercutirlas en todos los españolitos. ¿Razón? No ha dudado en utilizar recursos de la Abogacía del Estado para un asunto completamente particular. Aseguraría que estas, más o menos, deben de ser las cuentas que se hace: Si gano yo la demanda, algo les caerá a esos dos, aunque solamente sean las molestias de tener que acudir al juzgado y preparar la defensa. Si no gano, tampoco habré perdido nada, porque está claro que litigo de gorra y pasaré la factura a los presupuestos generales del Estado, que es quien paga los sueldos de la Abogacía.
Igual que propone Elentir en Contando Estrelas, todo mi apoyo a Carlos Dávila y Maite Alfageme.
Autor: Policronio
Publicado el 7 de mayo de 2009
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