domingo, 9 de septiembre de 2018

Una manera de ser antifranquista


Además de ser el título de esta cosa, es el  título del que es mi primer libro. Digo que es, porque ya está escrito, aunque no estructurado, a falta de correcciones y de la aprobación del editor, yo mismo, tras tres o cuatros días de reflexión, que pudieran ser un par de semanas.


En esa cosa no pretendo contar, ni cuento, por qué dejé de ser de izquierdas, como los maestros. Antes al contrario, la cosa va de por qué no dejé de ser de derechas, manteniendo el tipo. Aventura apasionante en la nube de zentrum que nos contempla.

La cosa tiene su miga. Soy de derechas y antifranquista de nacimiento y además, no me gano la vida ni el aprecio del entorno, echando pestes sobre la tumba del antepenúltimo dictador de la Nación, más que nada, porque ni falta que me hace. 

Por supuesto, que los me conocen por escrito o en persona se sorprenderán porque no hago alusión nominal a mi pasado izquierdista, revolucionario y contestatario.  

Meridiano: ese pasado, o esa actitud, no son izquierdistas, retrógrados, liberticidas o antidemocráticos. Aunque lo parezcan. Es de derechas, como está mandado.

Y en primicia, para los lectores de Batiburrillo, no tengo por menos que ofrecer un adelanto del primer capítulo de la cosa:

“La transformación de la realidad social comienza… haciendo las camas.”

“¡tengo una reunión y no me puedo entretener, me la hace mama“. “No, te la hago yo, porque mama está que no puede”. “No seas maruja”…..


Dedicatoria: A Emilio Morote Esquivel, escritor de la tierra, heavy metal, anarco y con dos cojones, que son un par.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 22 de noviembre de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.