sábado, 22 de septiembre de 2018

Respuesta a Juano, un comentarista excepcional


Juano: “No me vale elegir entre cortarme un brazo o una pierna”. 

Creo que nadie te da a elegir algo así, como aseguras en tu comentario 12, ni aun metafóricamente hablando. Ejemplos tan exagerados cargan de irrealidad el debate. Por otra parte, es de lo más utópico, a mi modo de ver, esperar a que madure desde Internet un estado de ánimo que motive la creación de nuevos partidos. No seamos ingenuos, si Internet comenzase a ser un vivero de ideas con influencia decisiva en la sociedad, lo que ahora no ocurre ni de lejos, no tardaríamos en comprobar cómo se legisla para controlar la Red. Sea vía impuestos a la banda ancha, sea vía censura a los blogs y otras páginas de opinión. Ya hay proyectos al respecto.


Incluso en el supuesto de que surgieran nuevas formaciones políticas, caso de UPyD o Ciutadans (conozco a más de un miembro de cada uno de esos partidos que es como para echarse a temblar), nada nos garantiza que, de llegar éstas al poder (o en coalición), se comportasen con la decencia a la que aspiramos. Es más, Internet da cobijo a no pocas formaciones de ideología totalitaria, alguna de las cuales podría llegar a encandilar como consecuencia de un líder muy carismático (en época de crisis profunda el ciudadano se agarra a un clavo ardiendo) y acabar por ser determinante de la debacle o de la pérdida de la democracia, si se quiere renqueante, que hay ahora. 

Ahora bien, supongamos que lo de Internet sea cierto y dentro de 4, 8 o 12 años (el tiempo pasa mucho más deprisa de lo que parece), ciertas ideas hayan calado en una nueva élite social suficientemente numerosa, cosa que dudo si esa élite carece del control de las televisiones, que se mostrase dispuesta al borrón y cuenta nueva: Revisión de la Constitución, separación efectiva de poderes, etc. ¿Y mientras tanto? ¿Pasamos de votar, votamos en blanco o nulo? No acabo de entender que seas partidario de darle semejante ventaja a la oligarquía actual. Y se la darías mediante el método de “pues ahora no juego”.

A mi juicio, y por eso apelo a la ley del mal menor, lo más conveniente es disponer de un orden de prioridades (no es realista el "todo o nada", porque sería "nada") y eliminar en primer lugar al peligro público número uno, o sea, Zapatero, que luego ya veremos qué se hace con el siguiente peligro. De lograrse la marcha del peor gobernante que ha dado España en mucho tiempo, la espiral en absoluto sería descendente. Y de no poder hacerse nada, me refiero a neutralizar el poder zapaterino, el plan B debería consistir en alejar a Rajoy de la Oposición, por incompetente y blandito. Y por hacerle el juego en muchos aspectos al que ahora manda. Lo uno, evidentemente, no excluye lo otro. Caña a ZP + caña a Rajoy. Así se está haciendo desde este blog, mientras le damos igualmente estopa a cualquier otro partido o personaje que proponga indignidades políticas. 

Todo ello no obsta para que, unos desde dentro de los partidos (no es mi caso) y otros desde fuera, intentemos en paralelo proseguir en la labor de mentalización de la sociedad, supliendo de algún modo el desdén interesado de la clase política respecto al reforzamiento de los valores que hacen más fuertes y libres a las naciones. Y lo digo así, prefiero aclarártelo, porque me consta que hay unos cuantos miembros del PSOE y del PP que nos visitan y nos leen con detenimiento.

Déjame decirte, finalmente, que el hecho de que en esta ocasión discrepemos a fondo no obsta para que te considere entre los comentaristas más valiosos que han pasado por Batiburrillo. De ahí la imagen que encabeza esta entrada. 

Autor: Policronio
Publicado el 8 de febrero de 2009

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