Mariano Fernández Bermejo |
Mariano Rajoy, tras entrevistarse con el presidente del Gobierno, dijo que: “Vamos por muy mal camino si ANV toma posesión de sus cargos”. La respuesta a ese asunto viene dada hoy por el ministro de Justicia, que comenta lo que algunos esperábamos: “No es verdad que pueda ilegalizarse ANV en estos momentos pese a lo que diga el PP. No existe un mecanismo que permita eso ahora con una sentencia del Tribunal Constitucional recientísima afirmando que hubiera sido desproporcionado”.
Déjame decirte en primer lugar, Bermejo, que a la hora de considerar lo que es verdad o mentira bien poco crédito me merece tu opinión. Tu larga e intensa trayectoria en el mundo de los fiascos judiciales cuando ejercías de fiscal, con varias demandas interpuestas —y perdidas todas ellas— sobre altos cargos del Partido Popular, te desautorizan por completo para ser el referente de nada a la hora de interpretar las leyes. Tu sectarismo galopante, más que demostrado en el breve ejercicio de tu cargo ministerial, le añade a lo anterior una buena cuantía de descrédito. Así, pues, quien se halla inmerso de lleno en la sobredosis de la parcialidad, como es tu caso, no goza precisamente de una alta reputación para afirmar que el PP miente en el tema clave de la deseada ilegalización de ANV. Ilegalización deseada por la gente decente, que conste, que otros sabréis cuáles son vuestros deseos, si bien algunos lo sospechamos.
Y en segundo lugar, Bermejo, quiero comentarte que el Gobierno al que perteneces no ilegalizaría a nadie, y es así simplemente porque no podéis. En todo caso deberían ser los magistrados de la Sala del Artículo 61 del Supremo los que decidieran si procede o no la citada ilegalización de ANV. Tú más bien deberías limitarte a realizar tu trabajo, por el que los españoles te pagamos, e instar dicha ilegalización, para lo que dispones de tiempo más que sobrado. Otra cosa es que tu jefe directo, el menesteroso intelectual Zapatero, no te deje que instes nada, porque no le conviene tapiar del todo esa gatera de cuatro carriles que les ha dejado abierta a los de la Banda.
Y ya que hablo de bandas, es preciso recordar a los lectores de Batiburrillo que ZP juega siempre a ponerle una vela a Dios y otra al diablo. Lo que significa que a los De Juana y Otegi los habéis entrullado temporalmente —se habla ya de que en agosto los soltáis— para que la vela arda en el altar adecuado, el de la propaganda, pero el cirio de la ANV no sois capaces de encenderlo, os tiembla el pulso ante la sola idea de acercarle el fósforo a la mecha. ¿Cobardía? ¿Traición? ¿Pactos secretos sobre rupturas-trampa? Probablemente de todo un poco, incluyendo la ideología liberticida que compartís con los pistoleros, ese marxismo-leninismo que os obliga a enfrentaros “primero a los padres y luego a los hijos”.
Por lo tanto, Bermejo, no seas tan falsario ni levantes tantos faltos testimonios acerca de la veracidad o no de las propuestas del Partido Popular. Aunque, bien pensado, si no hubieses sido un extremista durante toda tu vida pública, además de un mal fiscal y peor ministro, no serías tú mismo ni darías ahora esa sensación de político barriobajero y de a perra gorda, en cuyo caso es posible que tu ídolo ZP, tan rojo o más que tú mismo, no te hubiese escogido para el cargo. Porque vosotros, los de la izquierda radical, no sois nada sin la aspiración al cargo, para cuya consecución o conservación siempre estáis dispuestos a lo que haga falta, inmoralidades incluidas. Dice el clásico: “Velar por la Justicia es enjugar lágrimas, consolar dolores, arrancar víctimas al vicio, al crimen y a la muerte”. ¿Has hecho tú algo así, alguna vez? ¡Lo dudo! Luego lo tuyo, en el ámbito de la Justicia, sin duda ha consistido en el mayor de los desusos. O lo que es lo mismo, todo un derroche de incapacidad.
Autor: Policronio
Publicado el 13 de junio de 2007
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