Hay que reconocer la infinita capacidad que tienen algunos partidos políticos como IU para mantener contra viento y marea sus actitudes antidemocráticas. Gaspar Llamazares acaba de hacer pública una nota de prensa en la que recomienda al Gobierno que permita a la nueva coalición proetarra presentarse a los venideros comicios vascos.
Como todos ustedes recordarán, los lazos de unión existentes entre el comunismo camuflado de tintes neonazionalistas y la izquierda radical vasca viene de lejos; por ejemplo, de la lucha contra la Dictadura. Pero fue en 1998 cuando al firmar el Pacto de Estella, madrazismo y batasunismo sellaron sus viejos lazos de afinidad de manera irreversible.
Sorprende que el médico castrista puntualice que "es en las urnas donde se demostrará el apoyo que la ciudadanía ofrece a cada candidatura". Gaspar, hay que tener cuidado, que estas veleidades democráticas pueden terminar enfadando a Fidel Castro y cuando vuelvas por la isla caribeña te puede llover una regañina.
Para terminar mezclando churras con merinas, Gaspar se felicta por impulsar "la retirada de todo tipo de simbología y denominaciones franquistas que persisten en nuestra democracia como recuerdo del pasado fascista encarnado por la dictadura de Franco". No será desde Batiburrillo ni desde Redliberal, donde defendamos la etapa política protagonizada por Francisco Franco, anterior Jefe de Estado que puso en el trono al actual, Juan Carlos I, no lo olvidemos. Ahora bien, y a fuer de ser pesados: ¿por qué pueden en adelante, existir calles, plazas, monumentos y demás simbología comunista que ensalce las detestables figuras de Pasionaria o Carrillo y se prohiben aquellas que recuerdan, por ejemplo, al político asesinado por activistas muy cercanos a Carrillo, y, ¡ojo! después de haber sido amenazado en las Cortes por Pasionaria, el estadista José Calvo Sotelo? Me lo expliquen, por favor.
Autor: Smith
Publicado el 19 de marzo de 2005
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