domingo, 10 de diciembre de 2017

El hoy y el mañana del vanidoso

Cafetería del Congreso de los Diputados, escenario de las mayores fantasmadas de Zapatero

La vanidad de Zapatero, mostrada ante un grupo de periodistas en el bar del Congreso de los Diputados, le ha llevado a afirmar que su discurso sirve para hoy y para mañana mientras que el de Rajoy es de ayer. Dejemos al margen que el personaje comienza a dárselas de estadista mediante el método de ir prorrogando la solución a los problemas, lo cual es una prueba no ya de ausencia de grandeza política sino de pequeñez, y adentrémonos brevemente en su hoy y su mañana. 


Para valorar a un político no existe más que el método de la comparación, lo que nos lleva al contraste entre lo que ZP propone, si es que a lo suyo se le puede llamar propuesta, y la obra realizada por su antecesor. Aznar fue riguroso en el cumplimiento de la ley con los nacionalistas, ZP es abierto por no decir ingenuo respecto a las pretensiones de éstos. Aznar quiso promover una ley que penara la realización de referendos ilegales, ZP la deroga y le da alas al matón de Ibarreche para que se cisce en medio del Congreso y asegure sin rubor que consultará al pueblo vasco. Aznar ponía a la Constitución española, ley de leyes trabajosamente elaborada por consenso, como referencia para la convivencia y la igualdad de todos los demócratas, ZP nos avisa que la Constitución es perfectamente transformable sin consenso mayoritario alguno, a capricho de los que, como siguiente paso a su soltar amarras, desean salpicarla de naciones y nacioncitas con derecho a todo.

Naturalmente, Aznar era quien creaba crispación y ZP, mediante ese talante que nadie sabe en qué consiste, es quien dialoga y dialoga y dialoga... en el vacío. Como se ha demostrado con Ibarreche, otro dialogante tan falso como pertinaz, con el que no ha sido capaz de llegar a acuerdo alguno en el marco de la ley, primero en las cuatro horas de reunión cara a cara y más tarde en las Cortes. Ambos omnipotentes del diálogo, palabra que debería incluir matices de afecto y avenencia en lugar de cesión, no sólo no han sido capaces de practicarlo sino que nos han mostrado su inhabilidad política y su encastillamiento de opiniones. Con un agravante para ZP, que le deja la puerta abierta al nacionalismo vasco al proponerle un plan alternativo a mitad de camino entre lo que pretende y la Constitución, que naturalmente deberá ser reformada arteramente y contra la opinión del PP. Y si no al tiempo.

Publicado el 3 de febrero de 2005

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