Cafetería del Congreso de los Diputados, escenario de las mayores fantasmadas de Zapatero |
La vanidad de Zapatero, mostrada ante un grupo de periodistas en el bar del Congreso de los Diputados, le ha llevado a afirmar que su discurso sirve para hoy y para mañana mientras que el de Rajoy es de ayer. Dejemos al margen que el personaje comienza a dárselas de estadista mediante el método de ir prorrogando la solución a los problemas, lo cual es una prueba no ya de ausencia de grandeza política sino de pequeñez, y adentrémonos brevemente en su hoy y su mañana.
Para valorar a un político no existe más que el método de la comparación, lo que nos lleva al contraste entre lo que ZP propone, si es que a lo suyo se le puede llamar propuesta, y la obra realizada por su antecesor. Aznar fue riguroso en el cumplimiento de la ley con los nacionalistas, ZP es abierto por no decir ingenuo respecto a las pretensiones de éstos. Aznar quiso promover una ley que penara la realización de referendos ilegales, ZP la deroga y le da alas al matón de Ibarreche para que se cisce en medio del Congreso y asegure sin rubor que consultará al pueblo vasco. Aznar ponía a la Constitución española, ley de leyes trabajosamente elaborada por consenso, como referencia para la convivencia y la igualdad de todos los demócratas, ZP nos avisa que la Constitución es perfectamente transformable sin consenso mayoritario alguno, a capricho de los que, como siguiente paso a su soltar amarras, desean salpicarla de naciones y nacioncitas con derecho a todo.
Naturalmente, Aznar era quien creaba crispación y ZP, mediante ese talante que nadie sabe en qué consiste, es quien dialoga y dialoga y dialoga... en el vacío. Como se ha demostrado con Ibarreche, otro dialogante tan falso como pertinaz, con el que no ha sido capaz de llegar a acuerdo alguno en el marco de la ley, primero en las cuatro horas de reunión cara a cara y más tarde en las Cortes. Ambos omnipotentes del diálogo, palabra que debería incluir matices de afecto y avenencia en lugar de cesión, no sólo no han sido capaces de practicarlo sino que nos han mostrado su inhabilidad política y su encastillamiento de opiniones. Con un agravante para ZP, que le deja la puerta abierta al nacionalismo vasco al proponerle un plan alternativo a mitad de camino entre lo que pretende y la Constitución, que naturalmente deberá ser reformada arteramente y contra la opinión del PP. Y si no al tiempo.
Publicado el 3 de febrero de 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.