miércoles, 5 de diciembre de 2018

Zapatero: analista y profeta


Existió en la antigüedad una mujer llamada Casandra a quien le fue concedido por el dios Apolo el don de profetizar el futuro. Sin embargo, dicho don llevaba aneja la maldición de que nadie creyese sus vaticinios. Esta falta de credibilidad de la desdichada Casandra habrían de pagarla cara los ciudadanos de Troya.

En la actualidad, padecemos en España el fenómeno inverso, aunque las consecuencias sean igualmente desastrosas: un presidente de gobierno cuyas predicciones son menos dignas de solvencia que las de la singular bruja Lola, pero que encuentra numerosos oídos, contumaces en el error, bien dispuestos a concederles crédito. Sólo así puede explicarse que Rodríguez Zapatero siga aposentado en su poltrona presidencial.

Disertaba Zapatero el sábado en un mitin en Tenerife, entre otras cuestiones, sobre el problema del desempleo. Según el presidente, en concatenación de falsedades difícilmente igualable, el ejecutivo “está combatiendo un paro que no ha generado”. De tan épico combate, vaticina Zapatero que saldrá airoso el gobierno: aunque no exista “una varita mágica para disminuir las cifras”, no dudó el presidente en garantizar que el número de desempleados decrecerá merced a “la responsabilidad del gobierno para hacer frente a una situación provocada por otros”.

Entre interrupciones varias, siguió Zapatero a lo suyo ejerciendo una enérgica defensa de las medidas tomadas por su gobierno para hacer frente a la crisis y el paro, y auto glorificándose por sus políticas de  protección a los desempleados. Se mostró también confiado en el próximo triunfo del PSOE en las urnas, al entender el presidente que sólo gana “quien defiende el interés general”. Parece claro que Zapatero se ha instalado definitivamente en el Olimpo de la alucinación, en el que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

El problema de las fantasías oníricas del todavía presidente es que se estrellan frontalmente contra la fría tozudez de las dramáticas cifras. Se ha publicado el pasado viernes por el INE la Encuesta de Población Activa, que echa por tierra lo expuesto por Zapatero al tiempo que lo deja literalmente en bragas, cuestión que, dicho sea de paso, no creo que le preocupe especialmente.

Sirvan de muestra algunos datos: el número de parados asciende a la estratosférica cifra de 4.910.200 personas, 213.000 personas más con respecto al trimestre anterior; el porcentaje de desempleados es del 21,29 %; hay 1.386.000 hogares en los que ningún miembro trabaja…y podría seguir, pero no es cuestión de desgastar en vano el teclado del ordenador: un año más bajo el régimen zapaterista se hará muy largo y, sin duda, aún habrá muchas tropelías que denunciar y será conveniente estar preparados.

Autor: Rafael Guerra
Publicado el 2 de mayo de 2011

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