Para Wyoming supone lo mismo una procesión de Semana Santa que un ostentoso desfile de invertidos "orgullosos" de serlo, o al menos eso dicen, puesto que ese orgullo suena tan falso como un euro de corcho enrobinado. Eso sí, hay que dejar claro, una vez más, que la homosexualidad es algo muy distinto al desfile gay, del que cualquiera diría que constituye la parte aberrante del colectivo y ha sido diseñado no sólo para molestar a los vecinos por donde circula el pasacalle, sino para insultar gravemente, mediante la zafiedad orgiástica, a quien profesa determinados valores.
Un cero absoluto, pues, para quien utiliza a los homosexuales despendolados, como hace el payasete Wyoming, a fin de satisfacer su instinto rencoroso en contra de lo que más odia. No es la defensa de... lo que anima a este sujeto, ¡que nadie lo dude!, es más bien el ataque a... De otro lado, si hubiese que buscar a un fulano dispuesto a aprovecharse de cualquier colectivo con tal de medrar y encontrar seguidores a sus delirios, y que nos sirviera de comparación en el presente caso, digamos que el modelo sería Garzón y el uso que pretende hacer de la masa de indignados de Sol ¡Seguidme! Parece ser el grito de guerra en uno y otro con tal de dividir a España en bandos irreconciliables, el primero contra la religión y la actual derecha política y el segundo contra los altos cargos fallecidos del franquismo, que deben purgar cuando sea y como sea por haberle ganado la guerra civil al Frente Popular, e igualmente contra la derecha política actual.
Conviene afirmar que se trata de una inclinación, la homosexual, que en absoluto debe esconderse ni reportar inconveniente alguno en una sociedad abierta y moderna, donde los derechos humanos alcancen realmente a todos, pero de ahí a convertirla en un "campo de batalla florido y amanerado", que fija de antemano como enemigos a la Iglesia católica y al Partido Popular, representantes de la fe que profesa la mayoría de los españoles o de los parlamentarios llegados a través de las urnas, según vimos el 22-M, media todo un abismo de odio que no debe permitirse. A nadie extraña semejante actitud de aborrecimiento expreso en Wyoming, vive de ella y de la claque más sectaria que le respalda, pero lo extraño sería que a este individuo le saliera gratis tanto desprecio a los que representan a la inmensa mayoría de nuestra sociedad. No será así por lo que a mí respecta, claro.
Autor: Policronio
Publicado el 30 de junio de 2011
Publicado el 30 de junio de 2011
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