Ya saben ustedes que Rubalcaba, que parece estar inmerso en plena campaña electoral, se jacta de que en lo más profundo de su privilegiado cerebro anida la fórmula magistral que permitirá crear numerosos empleos en este país. En principio semejante anuncio me parece formidable: con un porcentaje de desempleo que alcanza lo estratosférico buena falta hacen más puestos de trabajo.
No obstante, una vez recuperado del tremendo impacto emocional que me ha producido tan extraordinaria nueva, se me ha planteado alguna duda en referencia a lo expuesto por el vice Alfredo. Si conoce el camino a seguir para reducir el número de desempleados, ¿por qué narices no pone manos a la obra? Así a bote pronto se me ocurren varias posibilidades que paso a exponer.
1- Rubalcaba está mintiendo y no tiene ni puñetera idea sobre cómo crear puestos de trabajo. Si Rubalcaba mintiese, no sería descabellado concluir que es un mentiroso, y un mentiroso (sí, ya sé que soy un iluso) nunca debería ocupar la presidencia del gobierno.
2- Rubalcaba realmente sabe cómo crear empleo, pero no quiere desvelar su precioso secreto porque en tal caso el mérito sería adjudicado a Zapatero y no a él. Si así fuese, lógico sería razonar que Rubalcaba antepone sus intereses personales a los de España, y un ciudadano más preocupado por su propia gloria que por el bien común (observarán que mi credulidad no tiene límites) nunca debería ocupar la presidencia del gobierno.
3- Rubalcaba realmente sabe cómo crear empleo, pero tendrían que darse ciertas condiciones que no se dan en este preciso momento para que los maravillosos planes de Alfredo rindiesen brillantes resultados. En tal caso, Rubalcaba tendría que haberse explayado un poco más al respecto para que quedase meridianamente claro que no le son de aplicación ninguna de las dos primeras posibilidades, so pena de poder llegar a pensar el ciudadano de a pie que el vice no ofrece la más mínima credibilidad, y un hombre sin crédito (asustado estoy de mi propia ingenuidad) nunca debería ocupar la presidencia del gobierno.
Es seguro que existen otras muchas conclusiones a extraer de las palabras de Rubalcaba, pero yo ya estoy cansado de tanto discurrir y, con su permiso (el de ustedes, no el de Alfredo), me voy a cenar. Teniendo muy claro, eso sí, que Rubalcaba nunca debería ocupar la presidencia del gobierno.
Autor: Rafael Guerra
Publicado el 4 de julio de 2011
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