González Blanco, por más señas, denostado por nostálgicos de la monarquía como debería ser, sin mácula en la sangre blanca, blanquísima, incompatible con el juvenil colchonero del personaje. Jódete, Alfonso, que la hemofilia cabrona se cura con sangre del pueblo, en tu sentir, populacho.
Y que no vengan con que estoy calentando “el clásico”, apuntando a la línea de flotación de un club a la deriva. Yo soy del Barça y raulista desde siempre. Es uno de los lujos que nos podemos permitir los liberales.
Dicho sea.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 16 de abril de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.