No conocemos todavía la fundamentación de la última fechoría perpetrada por el tribunal prostitucional. Pero es igual. Leer o escuchar cualquier argumento en Derecho, proferido por cualquier jurisconsulto pijiprogre, es como leer o escuchar a un mecánico de chapa y pintura disertando sobre la física de fluidos.
La cosa comenzó con RUMASA, pasándose por el forro de los caprichos el derecho de propiedad, la libre iniciativa empresarial y de paso la seguridad jurídica, a mayor gloria y enriquecimiento de los amigachos del gobierno socialista de turno, que es como decir de Alí Babá y los cuarenta ladrones.
Aunque, algo es algo, no jodieron la igualdad, o sea, que todos fuimos colocados en situación de ser igualmente jodidos.
Después llegó la sentencia de 20 de marzo de 1997, que derogaba la Ley 1990/1992 del Suelo que, rompiendo la unidad de mercado, por quítame allá unas pajas competenciales autonómicas, dio carta de naturaleza al más puro caciquismo provinciano.
Y para terminar, lo perpetrado ayer, con nocturnidad, premeditación, alevosía y en cuadrilla. Habremos de suponer que ETA ya sabe a quien no apuntar. Pues como el amigo de mi enemigo es mi enemigo, que venga un comando SEAL a poner un poco de orden.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 6 de mayo de 2011
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