Cualquier acción criminal que se cometa como consecuencia de una sentencia tan injusta respecto a la legalización de Bildu, esos cómplices de la banda de asesinos etarras a los que se les ha facilitado acceso a información municipal restringida y a medios económicos destinados a delinquir, deberá recaer sobre las conciencias de un grupo de felones que ha traicionado a España, a las víctimas del terrorismo, a la moral más elemental y muy especialmente a la justicia, imagen sobre la que han defecado.
El alto tribunal de la Historia jamás les absolverá de su condición de vendidos al poder político, de corruptos repugnantes. Como hay Dios, que más de uno de ellos, o todos, acabará recomido por el remordimiento, secuela lógica de una acción tan indigna y prevaricadora. El Constitucional ha cavado su propia fosa, ha perdido cualquier atisbo de crédito que haya poseído alguna vez y a no tardar, en cuanto recuperemos la separación de poderes, deberá ser eliminado a perpetuidad. Eso sí, unos cuantos de sus actuales componentes han quedado cubiertos de mugre.
Autor: Policronio
Publicado el 6 de mayo de 2011
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