domingo, 2 de diciembre de 2018

Qué tendrá Camps cuando las encuestas le bendicen


Llevo años resistiéndome a escribir sobre Francisco Camps, del que no veo nada clara su implicación en un cohecho impropio que el socialista Bono, por ejemplo, en cualquier juego de sobremesa le ganaría por varios cuerpos de ventaja. La relación, dejémoslo claro, sería más o menos esta: trajes, 3; caballos, cuadras y complementos, 'nisesabe'. Todo ello, cuantificado en euros y en un supuesto índice de irregularidades presuntas, daría una proporción aproximada de PP = Uno, PSOE = Un millón. Es decir y para entendernos, los socialistas manchegos siguen siendo mucho más chorizos que los populares levantinos, lo cual no es de extrañar, porque socialismo + enriquecimiento + impunidad = PSOE, esas siglas apestadas que algunos candidatos izquierdosos no apetecen incluir ya en sus anuncios de precampaña.

Ahora bien, qué ha sucedido para que el asunto Camps no se haya ventilado ya hasta sus últimas consecuencias. La respuesta es sencilla, tanto que incluso podría incluir un título de película: "Jamón, jamón", método por el cual los socialistas, con el concurso de la fiscalía del PSOE (no confundir con la Fiscalía del Estado), llevan varios años cortando finas lonchas del producto a fin de sacarle todo el provecho posible. O sea, dicho alto y claro: para los medios afines a este régimen de incompetentes que manda desde hace siete años y se sustenta en la propaganda más falsaria, la única corrupción que se da en España es la que afecta a Francisco Camps. Nada ocurre en Andalucía con los "Eres" ni en Mercasevilla. "Na de ná".

Lo que pasa es que los valencianos no tragan y en cada encuesta, para que revalide, aúpan un poco más a un presidente autonómico que lleva en el cargo desde mayo de 2003. La friolera de 8 años. Tiempo más que suficiente para que sus votantes hayan comprobado si es un tipo competente o no lo es. Si de un coche guapo estuviésemos hablando, pongamos un Audi A8, Camps habría sobrepasado los 100.000 kilómetros y estaría como nuevo. Porque la ingenuidad de aceptar un regalo de tres trajes, en el supuesto de que no los haya pagado (que esa es otra), es el equivalente a cualquier disposición menor de un presidente autonómico del bando socialista (he estado a punto de escribir de la banda). Y si no fíjense ustedes en el delirio causado por la falta de supervisión de Barreda en Caja Castilla-La Mancha, con miles de millones perdidos en las llanuras de esa comunidad que, literalmente, han volado y no desde su aeropuerto.

¿No van los valencianos a votar a Camps?, ¡por supuesto que sí! Y esa decisión supone que además saben utilizan acertadamente la comparación. Ya lo dijo aquel: Si me miro al espejo me veo así, así. Ahora... ¡si me comparo! Pues eso. ¿Y el Caso Gürtel?, dirá alguno. La respuesta no puede ser más sencilla: Francisco Camps fue imputado por Baltasar Garzón, con eso está dicho todo. 

Autor: Policronio
Publicado el  8 de marzo de 2011

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