Un corresponsal me reprocha, amigablemente, que haya retransmitido un mensaje en el que se anunciaba la posible voladura de la Cruz del Valle de los Caídos por decisión gubernamental. Aseguraba que es inconcebible que desde un Gobierno se pudieran llevar a cabo medidas semejantes. Le contesto con las siguientes líneas:
Querido amigo: ¿realmente tú crees incapaz a este Gobierno de mandar volar la Cruz del Valle de los Caídos? Desde luego, como no soy demócrata (de esta democracia del terror), me parece muy bien que pienses como quieras. Pero, me permito hacerte las siguientes consideraciones:
1º.- Cosas peores hemos visto y estamos viendo. Así que, “acaso con cualquier pretexto”, no podrían hacerlo? ¿Cual parece el destino final de La Piedad, integrante de dicho monumento?
2º.- Se jactan de ser los herederos de los Gobiernos rojos de 1936-1939, idealizando su conducta. Veamos cómo eran sus “mentores”; sus “ídolos”. (Que, por cierto, enviaron a sus guardias a asesinar a don José Calvo Sotelo, el 13 de este mes hizo 75 años)
En tu pueblo, muy pequeño, no dudo que los asesinatos fueron cometidos por lugareños analfabetos. En Madrid y otras capitales que tuvieron la desgracia de quedar en zona roja, fueron ejecutados por orden de altas autoridades, como acreditado está por las listas de "puestas en libertad", en realidad pasaportes rojos a la tumba para miles y miles de españoles. Y los ejecutores fueron policías nombrados "a dedo" por el Gobierno rojo. Conste que los asesinatos llevados a cabo por los lugareños analfabetos, sin que los apruebe, siempre los consideré disculpables. En España había demasiada hambre, demasiada ignorancia y demasiado desprecio hacia las clases humildes, antes del triunfo del Alzamiento Nacional.
También tenemos, increíble parece, que por razones personales, por despechos amorosos de la juventud, dieran el “paseo” al zamorano don Luis Calamita Ruy-Wamba, por órdenes directas, sin amparo legal alguno, firmadas de puño y letra de Ángel Galarza Gago, ministro de la Gobernación de la República en 1936 (anteriormente, Director General de Seguridad).
Otro más.- Siendo Presidente del Gobierno rojo don Juan Negrín, dio orden personal, carente de legalidad jurídica, sin contar siquiera con los ministros de su Gabinete, como era preceptivo por las Leyes, ordenó en agosto de 1938, dos años después de iniciada la guerra, que ya estaba decidida y parecía que, en ambas zonas, había cesado el inicial furor homicida, que fueron fusilados, asesinados, en el castillo de Montjuich (Barcelona), prision oficial, sesenta y tres presos, no 58 como le hicieron creer a Azaña, Presidente de aquella nefasta república, que al enterarse de la noticia se horrorizó en forma manifiesta. Lo acreditan las Memorias del susodicho señor Azaña, reflejadas, en la parte correspondiente, en mi "Contribución a la Memoria Histórica: Juan Negrín", publicada en Batiburrillo. No olvidar que, tanto Largo Caballero, Jefe del Gobierno rojo cuando lo de Paracuellos y don Juan Negrín, con el mismo cargo cuando los asesinatos de Montjuich, son los ídolos de Zapatero y sus "muchachos", que no se recatan en su admiración por ellos.
3º.- Están destruyendo a España con su legislación y su administración, manejadas a su libre albedrío. Enfocadas a la mayor Gloria y Beneficio de sus capitales particulares y para nada al bien de España y los españoles. Hoy me entero de que una concesión de gran importancia económica ha sido adjudicada al Señor Barroso, esposo de la ministro de Defensa, doña Carmen Chacón. Y no es nada anormal. Por el contrario: es lo normal. ¿Por qué es Ministro la señorita Pajín y lo ha sido la señorita Bibiana? ¿Acaso en la España de la Transición no tienen derecho a comer más que los consortes y otros allegados directos de los capitostes políticos?
Con sus mentiras, con sus falacias, han contribuido a que lleguemos a los 5.000.000 de parados, que suponen, contando familiares afectados, al menos 10.000.000 de hambrientos. El 25% de los españoles. Hay crisis mundial, desde luego. Pero su pasividad ante ella, para poder seguir enganchados al "momio" ha hecho que nuestra Patria la sufra en forma desorbitada.
Y sobre todo, el origen de tanto mal está en la destrucción de un Sistema Político que se había acreditado durante 40 años como eficaz para el bienestar de la Nación. La Transición constituyó un verdadero golpe de Estado. Desde dentro del Estado se destruyó al Estado y no había ninguna razón para ello. Manifiesto está: ha sido nefasto. Un Golpe de Estado es positivo si, como consecuencia de él, se lleva a la Nación al bienestar. ¿A que nos ha llevado a nosotros la Transición?
Y, perdonarme el siguiente párrafo, probablemente debido a la “deformación profesional”. Desde pequeño, recuerdo el refrán, con gran frecuencia leído:
"A enemigo que huye, puente de plata".
A ese refrán le encuentro limitaciones. Es de aplicación cuando el enemigo está totalmente derrotado. Cuando no le queda otra solución que la rendición, sin posibilidad de lucha. Pero no su aplicación sistemática. Si lo dudáis, ver el final del emperador de Oriente, Nicéforo I, el Logoteta. Por tanto, en contra de mis ideas acerca de los refranes, creo que éste está equivocado. No solo lo creo: incluso veo evidente su error.
Una de las normas tácticas fundamentales, tal vez detrás de las de: 1º Voluntad de vencer; 2º: Acción de conjunto; 3º Sorpresa, es la explotación del triunfo.
Pues bien, antes cito el origen de los mensajes "Pásalo", que fueron consecuencia de los atentados terroristas del 11-M. Supusieron la muerte de 195 españoles y heridas y mutilaciones a unos 2.000. De quién fue el "cerebro", no se tienen más que rumores, algo así como aquello de "Mentidero de Madrid, decidme: ¿quién mató al conde?". Pero, en todo caso, esos mensajes fueron una muestra de la aplicación de la norma "explotación del triunfo". Aunque este hubiera sido logrado por causas ajenas a los "beneficiarios", no me parece muy ética la cosa y mejor es que no tratemos más sobre ello.
¿Con semejantes antecedentes iba a contenerles la minucia de volar la Cruz del Valle de los Caídos?
Un abrazo, querido amigo
Autor: Rogelio Latorre Silva
Publicado el 16 de julio de 2011
PD. Después de enviar el mensaje, he seguido leyendo el libro sobre los desmanes de los rojos en Toledo, (de donde saqué el tema para esta colaboración) y se da el caso que vi una cita sobre Leopoldo Carrillo Gómez, de Izquierda Republicana (el partido de don Manuel Azaña), miembro de la checa de Bellas Artes, posteriormente de Fomento, 9. El nombre me resultó familiar y pronto encontré la razón.
Lo había leído en "La Causa general", donde aparece tan meritorio sujeto (lo de meritorio es en concepto de los que nos gobiernan).
Es un escrito del Ministro de la Gobernación de la II República, don Ángel Galarza Gago, dirigido al Director General de Seguridad, cuyo comentario queda a gusto del lector.
Pero no puedo dejar de admirarme de lo asombroso que haya alguien que pueda justificar a aquel Régimen. Así:
1.- En las líneas 12 y siguientes, escribe el Ministro de la Gobernación de la República (el encargado de velar por la seguridad de los ciudadanos):
"Como quiera que el Comité Provincial de Investigación Pública ha funcionado bajo la dirección y responsabilidad del Gobierno de la República [...] tenemos el deber, unos y otros, de evitar que estas detenciones se repitan".
2.- Líneas 10 y siguientes: ..."que los miembros del expresado Comité de Investigación Pública, sean detenidos por sus Organizaciones respectivas, cuando sobre aquéllos se denuncien hechos relacionados con su actuación en el extinguido Comité de Investigación...".
Es decir, que todo quede en casa: yo me lo guiso, yo me lo como. Perdón: yo le mato, yo juzgo al matador.
3.- Líneas 7 y siguientes: continúa nuestro Ministro:
"...evitando con esto que los componentes del mismo (los asesinos del citado Comité) pasen por el calvario que nuestro correligionario Leopoldo etc., quien fue tratado como un vulgar delincuente, por el hecho de haber cumplido con una misión impuesta por los partidos y el Gobierno y a requerimiento de la Dirección General de Seguridad. Estos hombres que se han sacrificado por la causa y contraído una enorme responsabilidad por la misión que les hemos encomendado, deben ser tratados con la consideración que merecen y amparados y protegidos por las Autoridades Legítimas (¡toma castaña!) de la República".
¿Verdad que, de pena, se le saltan a uno las lagrimitas al ver el calvario que pasó el probo Leopoldo?
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