Aído junto a Bachelet. |
Bibiana Aído es uno de esos personajillos que ni en sus mejores sueños se veía a sí misma formando parte del Consejo de Ministros. Ahora bien, su condición de socialista de familia guapa y sectaria, con una gran influencia en toda la comarca de Alcalá de los Gazules (la antigua Lascuta de la era romana), villa donde la parentela de la nena ha venido desempeñando el cacicato hasta las últimas elecciones del 22-M, sumado al hecho de que sacó una ley del aborto a la medida (letra por letra) de los deseos del inmoral ZP, han supuesto que, como premio a quien no lograría un trabajo semejante a través de sus propios méritos, se le haya comprado (literalmente hablando) un cargo bien remunerado en las Naciones Unidas. Cargo que fue negociado con otra socialista, la chilena Bachelet, cuya tarifa quedó fijada en 100 millones de euros. El asunto es bastante conocido y algo antiguo, pero no por ello hay que olvidarlo y conviene recordar el mucho desahogo que utiliza el socialismo para enchufar a los suyos.
Lo que ya resulta más novedoso es conocer que Bibiana cobrará 200.000 euros anuales que pagaremos entre todos los españoles. Sí, he dicho doscientos mil euros, un disparate que duplica el sueldo del presidente del Gobierno. Un disparate de sueldo, repito, destinado a una cateta que deberá contar, además, con personal que la asesore si es que ella pretende, a su vez, asesorar a la Bachelet, la cual no quería verla ni en pintura, por lo que me imagino que la del 0,2 millones de euros anuales pasará mucho más tiempo en España que en los USA, con el consiguiente gasto de desplazamientos y dietas suculentas.
Sobre este asunto convendría formularse una pregunta: ¿El cargo será revocable por el nuevo gobierno o dependerá por completo de la Bachelet? Ojalá Rajoy tenga el coraje de cambiarla por un diplomático de carrera, ya que es España quien paga. Pero creo que lo ideal es que el puesto quede vacante. Así, si no es posible recuperar los 100 millones, o al menos dos de los plazos anuales restantes, por lo menos nos ahorraremos el sueldo de la tonta. Qué digo de la tonta, si acaso de la muy lista.
Autor: Policronio
Publicado el 5 de agosto de 2011
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