A diferencia de mis dos compañeros de Batiburrillo (Carlos y Rafael), así como de otros muchos intervinientes en los blogs de Red Liberal, yo debo de ser una persona bastante ilusa, sin duda de buen conformar y tal vez dispuesto a disculpar al PP en todo lo que haga falta. No veo otra explicación para que esas opiniones y la mía difieran de tal modo. Ahora bien, creo que unas cuantas docenas de artículos (quizá cientos) poniendo a caldo determinadas actuaciones de Rajoy a lo largo de dos legislaturas me autorizan ahora a discrepar (con perdón) de cuanta gente sea preciso, en la seguridad de que es a ellos a quienes les asiste la razón (no soy tan soberbio), si bien deseo exponer mis propios argumentos en defensa del PP:
¿Mentía el PP al prometer menos impuestos? A mi juicio la respuesta es no, ya que de haber seguido gobernando el socialismo la subida de los tributos hubiera sido mucho más acentuada y dirigida, además de a las clases medias, torpemente hacia esas fortunas y empresas que de inmediato hubieran emprendido la fuga de capitales o la deslocalización. Rubalcaba se encargó de anunciarlo así en varias ocasiones, al más puro estilo mitinero, y se regodeó con la idea de que les sacaría una pasta a los multimillonarios. Creo recordar que habló varias veces de lograr un mínimo de 3.000 millones de euros. ¡Será demagogo! Sabía de sobras que antes de dejarse expoliar de ese modo, los de las Sicav (Sociedad de inversión de capital variable) hubiesen acabado en Andorra, en Gibraltar o en cualquier paraíso fiscal de los muchos posibles. Y algo así supone una merma considerable en las inversiones destinadas a la creación de empleo, sin contar un agravante que en el caso socialista siempre debe darse por cierto: esa gente jamás renuncia al derroche y al reparto de prebendas entre sus partidarios. Lo que significa que hubiesen seguido toreando a la Unión Europea, como en tiempos del calamitoso ZP, hasta convertirnos en un miembro paria al más puro estilo de Grecia.
¿Ha mentido el PP al subir el IRPF y el IBI? Sí, ha mentido, pero al mismo tiempo ha dejado claro que apenas tenía otras opciones (la subida del IVA es más injusta) como consecuencia de lo que en realidad fue la mayor de las mentiras: un déficit de 22.000 millones de euros (2,2 puntos del PIB) que se ocultó hasta más allá del traspaso de poderes y a sabiendas de que acabaría por descubrirse en cuanto la Intervención General del Estado facilitara las cuentas. Unas cuentas que la anterior ministra de Economía conocía de sobras pero que le negó a Mariano Rajoy incluso en el debate de investidura. De modo que la mentira de los populares resulta venial si la comparamos con el ejercicio farsante e hipócrita de una gentuza que se ha despedido del poder, pese a la enorme gravedad de la crisis, repartiendo subvenciones hasta el último día en que han manejado el BOE. De otro lado, la unidad de medida para calificar a un gobierno jamás debe de ser un plazo de diez días, sino toda una legislatura. Eso sí, me parece lógico que se critique cada uno de sus fallos, pero no hasta el extremo, como he podido leer en algún blog, de considerar al PP como un segundo PSOE. ¡Menudo contraste entre ambas formaciones! Y si no al tiempo.
Autor: Policronio
Publicado el 5 de enero de 2012
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