Por la vida y por
las bitácoras es necesario andarse con mucho cuidadito porque hay personal
tiquismiquis (en el mejor de los casos) y a veces lo son de cojones. Les cuento primero lo de la
vida. Hace cosa de un par de semanas, cruzaba el abajo firmante un paso de
peatones confiado en hallarse a salvo de cualquier mal en forma de atropello al
saberse amparado por la sacrosanta norma de la prioridad circulatoria. Ya
saben: cuando el peatón cruza, los coches paran. ¡Craso exceso de confianza que
a un nada estuve de pagar con mi pellejo!
En plena maniobra
de traslación de mi esbelto cuerpo de una a otra acera, a babor, tócate el
nabo, surgió de la nada un peaso Renault negro pilotado
por una energúmena cuya velocidad endiablada –la del coche, no la de la tipa–
no puedo precisar al no venir yo
equipado con radar de serie u opcional. Ni prioridad ni leches, hube de parar
en seco y dar un salto hacia atrás para evitar el golpe que, con casi absoluta
certeza, más me hubiese dolido a mí que a ella. Frenó la émula de Fernando
Alonso y, tras reprocharle –sin excesiva dureza– su imprudencia, afirmó más qué
inquirió: “¿Tú eres subnormal?”. Se fue tan contenta la aguerrida conductora y
yo, agradeciendo al cielo y a mi felina agilidad el haber soslayado hábilmente
la trampa tendida por la Parca, no perdí excesivo tiempo en pensar qué
distorsionadas conexiones neuronales pudieron llevar a la merluza ésta a emitir
tan incongruente reflexión tras un casi atropello y una leve recriminación.
Alguna semejanza
guarda lo anterior con lo escrito por José García Palacios sobre un artículo publicado en
Batiburrillo. Se pregunta
García Palacios –aunque sospecho que en la pregunta va implícita la respuesta–
si desde esta santa casa “se defiende la democracia u otro sistema de gobierno
alternativo”. Vaya por delante que en su exposición tiene García Palacios parte
de razón: para llegar a presidir España se necesita más de un requisito, por
ejemplo haber nacido, no haber muerto de niño, no haber muerto en plena
adolescencia... Debí haber escrito –aún me estoy flagelando por no haberlo
hecho– “uno de los requisitos”, aquí paz y después gloria y a buen recaudo (o
no) mi condición de demócrata, si bien creo que en el contexto de la entrada
resulta perfectamente inteligible para quien quiera entenderlo lo que pretendía
expresar.
Sobre cuál de los
requisitos en feroz controversia es el principal, contra lo expuesto con tamaña
autoridad por Palacios podría existir alguna duda: sin ser cabeza electoral del
PP o del PSOE a día de hoy ningún candidato tiene la más mínima oportunidad de
ser presidente del gobierno, por lo tanto ambos condicionantes están
indefectiblemente unidos. Sin la previa ratificación del partido es inviable –a
día de hoy, insisto– obtener la de los electores.
De todas formas
no pasa lo anterior de ser una cuestión menor. Aun aceptando la supremacía de
un requisito sobre otro, aun aceptando el imperdonable descuido de haber
escrito “requisito” y no “requisitos” es evidente que estoy manifestando una
palpable realidad y no un anhelo personal o sabe Dios qué. Me pregunto cómo
sobre la fragilísima base de tres palabras entre trescientas cincuenta alguien
a su vez puede preguntarse si desde este blog “se defiende la democracia u otro
sistema de gobierno alternativo”. Probaré a cruzar un paso de peatones
jugándome el tipo y que me lo aclare la del Renault: entre tiquismiquis que de
la nada extraen absurdas conclusiones anda el juego.
Autor: Rafael Guerra
Publicado el 6 de diciembre de 2011
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