domingo, 16 de diciembre de 2018

La tía del Renault y otros tiquismiquis



Por la vida y por las bitácoras es necesario andarse con mucho cuidadito porque hay personal tiquismiquis (en el mejor de los casos) y a veces lo son de cojones. Les cuento primero lo de la vida. Hace cosa de un par de semanas, cruzaba el abajo firmante un paso de peatones confiado en hallarse a salvo de cualquier mal en forma de atropello al saberse amparado por la sacrosanta norma de la prioridad circulatoria. Ya saben: cuando el peatón cruza, los coches paran. ¡Craso exceso de confianza que a un nada estuve de pagar con mi pellejo!

En plena maniobra de traslación de mi esbelto cuerpo de una a otra acera, a babor, tócate el nabo, surgió de la nada un peaso Renault negro pilotado por una energúmena cuya velocidad endiablada –la del coche, no la de la tipa– no puedo precisar al  no venir yo equipado con radar de serie u opcional. Ni prioridad ni leches, hube de parar en seco y dar un salto hacia atrás para evitar el golpe que, con casi absoluta certeza, más me hubiese dolido a mí que a ella. Frenó la émula de Fernando Alonso y, tras reprocharle –sin excesiva dureza– su imprudencia, afirmó más qué inquirió: “¿Tú eres subnormal?”. Se fue tan contenta la aguerrida conductora y yo, agradeciendo al cielo y a mi felina agilidad el haber soslayado hábilmente la trampa tendida por la Parca, no perdí excesivo tiempo en pensar qué distorsionadas conexiones neuronales pudieron llevar a la merluza ésta a emitir tan incongruente reflexión tras un casi atropello y una leve recriminación.

Alguna semejanza guarda lo anterior con lo escrito por José García Palacios sobre un artículo publicado en Batiburrillo. Se pregunta García Palacios –aunque sospecho que en la pregunta va implícita la respuesta– si desde esta santa casa “se defiende la democracia u otro sistema de gobierno alternativo”. Vaya por delante que en su exposición tiene García Palacios parte de razón: para llegar a presidir España se necesita más de un requisito, por ejemplo haber nacido, no haber muerto de niño, no haber muerto en plena adolescencia... Debí haber escrito –aún me estoy flagelando por no haberlo hecho– “uno de los requisitos”, aquí paz y después gloria y a buen recaudo (o no) mi condición de demócrata, si bien creo que en el contexto de la entrada resulta perfectamente inteligible para quien quiera entenderlo lo que pretendía expresar.

Sobre cuál de los requisitos en feroz controversia es el principal, contra lo expuesto con tamaña autoridad por Palacios podría existir alguna duda: sin ser cabeza electoral del PP o del PSOE a día de hoy ningún candidato tiene la más mínima oportunidad de ser presidente del gobierno, por lo tanto ambos condicionantes están indefectiblemente unidos. Sin la previa ratificación del partido es inviable –a día de hoy, insisto– obtener la de los electores.

De todas formas no pasa lo anterior de ser una cuestión menor. Aun aceptando la supremacía de un requisito sobre otro, aun aceptando el imperdonable descuido de haber escrito “requisito” y no “requisitos” es evidente que estoy manifestando una palpable realidad y no un anhelo personal o sabe Dios qué. Me pregunto cómo sobre la fragilísima base de tres palabras entre trescientas cincuenta alguien a su vez puede preguntarse si desde este blog “se defiende la democracia u otro sistema de gobierno alternativo”. Probaré a cruzar un paso de peatones jugándome el tipo y que me lo aclare la del Renault: entre tiquismiquis que de la nada extraen absurdas conclusiones anda el juego.

Autor: Rafael Guerra
Publicado el 6 de diciembre de 2011

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