Es tal la impaciencia que acomete a los propagandistas de la izquierda o a los nacionalistas (¡Dios, qué cuatro años nos esperan!), que al decir de algunas voces opositoras "Rajoy es el peor presidente de la historia de España". Sí, sí, en serio que lo he escuchado aunque suene a cachondeo. Por supuesto que se refieren a ese mismo Rajoy que aún no ha tomado posesión de su cargo y que, no obstante, para ellos debería presentar la dimisión nada más jurarlo.
Otras voces de la misma ideología izquierdona o cismática vasco-catalana claman al cielo (laico, supongo) en protesta de que Rajoy no haya explicado ya, de pe a pa, su programa de reformas económicas, como si fuese posible hacer algo así (explicarlas) antes de enterarse bien de los agujeros que heredará del gobierno saliente y del grado exacto de podredumbre que van a dejar en las cuentas públicas.
Un tercer escalón crítico, de hoy mismo, señala a Rajoy como un tipo incapaz de sentarse en la primera fila de la cumbre de los populares europeos (ver imagen), lo que a juicio de ellos le resta cualquier poder de decisión entre nuestros socios comunitarios. Como si hasta ahora Zapatero no hubiese hecho algo distinto a posicionarse en las esquinas de las fotos de familia, si es que alguna vez ha sido capaz de encontrar su sitio, y decir algo distinto a "Sí, señor" en cualquiera de las cumbres en las que ha intervenido y se hayan tomado decisiones que han afectado negativamente a España, sobre todo en el mercado agrario.
Démosle un margen a Rajoy respecto a la Unión Europea y también a lo que deba ser su política internacional, en el convencimiento de que más de uno se llevará alguna sorpresa favorable. De momento, Mariano ha tenido ya dos detalles de primera fila que no dejan de ser sendos aviso a navegantes: Coquetear abiertamente con el secretario del Tesoro USA, en busca de restablecer unas relaciones atlánticas fulminadas por ZP, lo que de paso equivale a enviarle un mensaje al dúo "Merkosy", pareja nada propensa a mirar hacia la orilla americana. Y al hecho de que Rajoy se haya entrevistado a fondo, además, con el presidente polaco, lo que siempre es conveniente para buscar una posible minoría de bloqueo ante lo que podría llegar a ser un abuso franco-alemán. En fin, ya veremos, pero en cualquier caso que Rajoy aún no dimita y a ver de qué es capaz.
Autor: Policronio
Publicado el 9 de diciembre de 2011
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