Según la señorita Trini, Alfonso Guerra dixit, las tan manidas resoluciones, adoptadas por esa cuadrilla de canallas que constituye la ONU, respecto de Libia, no incluyen, en ningún caso, el derrocamiento de Gadafi. Y así, poco más o menos, se ha pronunciado zETAp, al tiempo de dar cuenta de lo que ha hecho con la tropa, o sea, a la hora de pedir autorización, para hacer lo que ya viene haciendo durante tres días.
Dicho ello, no acierto a adivinar si en el PP tienen muy claras las similitudes entre lo de Libia y lo de Irak, o la palabrería de Pepiño que, sin acabar primero de Derecho, se dedica a dar lecciones de Derecho Internacional Público, ha acabado por obnubilar a los que se dejan atontar, si quiera porque no se meneen ni las orquídeas. O sea, por no molestar.
Si no cambian mucho las cosas y la “comunidad internacional” se porta como acostumbra, es decir, dejando las cosas a medio hacer, como ya pasó en la primera guerra del golfo, cuando la coalición internacional se dio la vuelta a cien kilómetros de Bagdad, al final, el derrocamiento de Gadafi, por la malas y peores y contrariando los intereses de Francia, Rusia y China, y de rebote, de Alemania, le tocará al presumible futuro gobierno del PP, en apoyo del Presidente USA de turno, ya sea demócrata o republicano.
O sea, como en la segunda guerra de Irak. Y entonces, como antes, no como ahora, sí que veremos ríos de pancartas y titiriteros medio enloquecidos, bramando contra quien se atreva a dudar de la bonhomía de un dictador, amante de su pueblo.Tal como sucedió con Sadam.
Porque si ahora no derrocamos a Gadafi, ocupamos Libia y propugnamos una salida civilizada a la democracia o a algo que se le parezca lo suficiente, como para pensar que ha valido la pena el esfuerzo, a la vuelta de cuatro o cinco años, veremos de nuevo a un chuloputas con chilaba, ciscarse en la tan cacareada “comunidad internacional”, obligando a los de siempre, o sea a los USA, con un Presidente al frente que merezca ese nombre, y los que se apunten, a terminar el trabajo que cuatro mindundis asustadizos, no se han atrevido a hacer.
Es por ello que digo, que el PP no tenía que haber apoyado esta guerra si el objetivo no comprendía, de manera que no dejara lugar a la duda, el derrocamiento del dictador. Todo lo que no sea ello es poner en sus manos la terrible decisión de contrariar, otra vez, las infinitas ansias de paz de esta cuadrilla de miedosos que habita esta vieja y decrépita, por no decir inexistente, Nación.
Que les aproveche la legislatura que viene, si es que viene, porque no van a tener otra. De modo que, como dice el genial José Mota: “si hay que ir se va, pero si es pa na, es tontería”.
Autor: Carlo J. Muñoz
Publicado el 23 de marzo de 2011
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